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AMÉRICA EN FOCO...

Cuba monotoriza el cambio

Cuba, sí la de los Castro (quien lo diría) se encamina a convertirse en el estandarte del cambio en la región, la que durante 50 años representó cabalmente la izquierda más ortodoxa. Cuba, sí la de los Castro (quien lo diría) se encamina a convertirse en el estandarte del cambio en la región, la que durante 50 años representó cabalmente la izquierda más ortodoxa. Consciente de sus debilidades se acerca a EEUU en un movimiento inédito, inesperado e inimaginable tiempo atrás, esperanzada en que las inversiones extranjeras fluyan.

Actores principales los gobiernos socialistas, quienes ante un estado de situación económica poco favorable, apuestan a la búsqueda de nuevos horizonte, y quien aparece, sutilmente, el carril del centro.

Vale reconocer que las administraciones socialdemócratas -Brasil, Chile y Uruguay- como varias de los populistas -Ecuador, Bolivia, Nicaragua- transitan el camino de la moderación en sintonía de apartar el libreto económico de izquierda sin respuestas, hacia un eje más dinámico.

Los fríos números muestran una situación desfavorable en América Latina desde el pasado año. El fracaso en las políticas económicas, fulgurantes para el show, pero sin resultados reales y efectivos ha obligado a los gobiernos populistas a virar hacia el centro. Ese golpe de timón se dirige a reformular las relaciones con Washington y replantear el día a día con los sectores opositores, además de evitar confrontar tan abiertamente con el sector privado.

Desde que comenzó el deshielo en las relaciones diplomáticas con EEUU ha aumentado un 36% el número de turistas estadounidenses en la Isla. Algunos viajan a través de un tercer país, como México o Bahamas. Otros optan por completar formularios que incluyen doce categorías de viajes autorizados por EEUU. Realmente ya casi no hay imposición activa a la prohibición turística bajo la Administración Obama.

Echemos ahora un vistazo a la situación en que transitan los países de la región. Brasil designó como ministro de Economía a Joaquín Levy, quien enfoca su gestión en realizar ajustes fiscales para recuperar el camino del crecimiento y la inversión. En definitiva, recortes de gastos y subidas de impuestos.

En Chile, Michelle Bachelet, la que se recostó en una agenda de izquierda durante la campaña, ha pegado un drástico golpe de timón en su gabinete, a catorce meses de asumir su segundo mandato. Cambió a cinco ministros pero la mayor sorpresa fue la salida del titular de la cartera de Hacienda, Alberto Arenas, quien encabezó la discusión sobre la Reforma Tributaria, generando cortocircuitos en el sector empresarial, los que nunca vieron con buenos ojos su gestión. Su sustituto fue Rodrigo Valdés, ex presidente del Banco Estado, militante del Partido por la Democracia, exsubdirector del Departamento Europeo y de las Américas del FMI.

Uruguay, ante el nuevo Gobierno de Tabaré Vázquez, se propone tomar las medidas necesarias para reducir el déficit fiscal, que en el mes de marzo se situó en el 3,4%, pese a la fuerte oposición de su propia coalición Frente Amplio. Tabaré tiene la firme convicción de llevar adelante una agenda que modere los gastos y aliñe las cuentas con el objetivo de sostener el crecimiento y avanzar en lo social.

Nadie duda que el nuevo dirigente es más centrista que Mújica, solo es necesario comparar a sus respectivos cancilleres, Luis Almagro y Rodolfo Nin Novoa.

Los abanderados del espacio bolivariano –Ecuador, Bolivia y Nicaragua- no tuvieron otra opción y apostaron por incentivar la empresa privada.

El Gobierno de Venezuela, mientras tanto, está dispuesto a morir con las botas puestas y con la única verdad de sentirse cada vez más solo.

Lejos de sentir el cosquilleo chavista, Bolivia y Ecuador se abrieron a la inversión privada con el objetivo de mantener el crecimiento económico, además de sustentar los preceptos de sus políticas públicas, que no solo le granjearon el reconocimiento popular sino que lo llevaron a consolidarse en la presidencia de sus respectivas naciones.

En la actualidad, la región sufre por la caída del precio de los commodities, su principal espada, perjudicando a los países exportadores. El petróleo, mineral de hierro, cobre y granos representan a los ‘4 Expo magníficos’, por lo que el escenario externo desfavorable y la desaceleración de la economía en el subcontinente anticipa una expectativa de crecimiento ínfima, una situación que lleva a los gobiernos populistas a no encontrar el soporte a efectos de sustentar el estado de vida dulce a la que se han acostumbrado sus electorados.

Con la economía transitando por el eje central, la perspectiva más optimista muestra el acompañamiento de la política por el mismo eje, sobre todo en los países más consustanciados con el Socialismo del Siglo XXI. Quizá nos estemos encaminando a un populismo más liviano, con estructuras de poder más aceitadas, menos dominante.

Venezuela, analizando la conducta de su dirigencia hasta el momento, no vislumbra optimismo, al contrario, notamos una tendencia direccionada a radicalizar más aún su discurso.

Algunos miran ahora de reojo al modelo chino, capitalista en lo económico, con algunas contracaras; comunista en lo social, con algunos contraluces. Sin embargo, es harina de otro costal, veremos que nos depara el destino.

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