El Palacio de la Moneda chileno, está, a la vez, muy cerca y muy lejos de recibir a su futuro inquilino. En la línea de fuego, los dos aspirantes: Michelle Bachelet (Nueva Mayoría) y Pablo Longueira (Alianza), quienes consiguieron imponerse en las primarias de sus respectivas formaciones políticas y competirán ahora por la presidencia del país sudamericano. El Palacio de la Moneda chileno, está, a la vez, muy cerca y muy lejos de recibir a su futuro inquilino. En la línea de fuego, los dos aspirantes: Michelle Bachelet (Nueva Mayoría) y Pablo Longueira (Alianza), quienes consiguieron imponerse en las primarias de sus respectivas formaciones políticas y competirán ahora por la presidencia del país sudamericano.
Estamos a las puertas de inminentes negociaciones. Nueva Mayoría deberá intentar capitalizar los votos de los tres competidores de Bachelet, mientras que Pablo Longueira deberá intentar aglutinar a quienes se identifican con el centro político y a los independientes.
Los comicios, que abarcan el periodo 2014-2018, se realizaran el próximo 17 de noviembre, conjuntamente con las elecciones para renovar a los diputados y los senadores. En caso de ser necesaria una segunda vuelta, la fecha establecida es la del 15 de diciembre.
Será la primera elección presidencial (y la segunda de cualquier clase tras las municipales del 2012) que cuente con mecanismos de inscripción automática de los votantes, además el voto será ahora voluntario y no obligatorio. Ahora, hay proyectos de ley en trámite que exploran modificar los mecanismos actuales y, por ejemplo, establecer un sistema de primarias voluntarias, pero vinculantes, regulado por el servicio electoral.
En cuanto a la trayectoria de ambos candidatos, hay que destacar el amplio triunfo de Michelle Bachelet en las primarias del Pacto Nueva Mayoría, integrada por el Partido Socialista (PS), el Partido por la Democracia (PD), el Partido Comunista (PC), el Movimiento Amplio Social (MAS) e Izquierda Cristiana (IC). La candidata consiguió un 73,05% de los votos, con más de 1,5 millones de sufragios, lo que le permitió consolidar el liderazgo que evidencia en las encuestas desde hace un par de años.
En la vereda opuesta, la Alianza, en un resultado más apretado, el candidato por Unión Demócrata Independiente (UDI), Pablo Longueira, se impuso al candidato de Renovación Nacional (RN), Andrés Allamand, por poco más de 20.000 votos, alcanzando el 51,37% de los sufragios.
Aunque la Alianza intentó dar una señal de unidad con la visita a la sede UDI de la directiva RN, encabezada por Carlos Larraín y acompañado por la portavoz del Gobierno, Cecilia Pérez, la polémica se instaló de inmediato. Allamand sólo se reunió en privado con Longueira y optó por no aparecer públicamente con su rival para despejar los rumores que le sitúan al frente de un nuevo movimiento, en una acción similar a la que hace unos años tomó Marco Enrique Ominami, al fundar el Partido Progresista (PP), tras dejar Nueva Mayoría.
En su primer discurso tras la victoria, Bachelet explico que “esta coalición de centroizquierda tiene la experiencia, la amplitud y la voluntad para dar las respuestas que la gente necesita (…) No escuchar las demandas ciudadanas es el verdadero riesgo para el país.
Ahora, Nueva Mayoría comienza el trabajo para articular un programa de gobierno que considere las propuestas establecidas por los candidatos que quedaron fuera del tablero. Y tendrán como primer desafío aunar posturas contrapuestas, como las de los comunistas y los demócrata-cristianos. Al mismo tiempo, el bloque buscará integrar las demandas de los movimientos sociales y reforzar el apoyo de figuras como la ex líder universitaria Camila Vallejo, e invitar a movimientos como Revolución Democrática, para incentivar el voto juvenil.
Mientras tanto por el lado del oficialismo, era un secreto a voces que Andres Allamand especulaba con la seguridad de que se llevaba el triunfo a su bolsillo, convencido en haber acercado las posturas más moderadas y próximas al centro político, en comparación con el más radicalizado Pablo Longueira.
El tradicional Cafe Tavelli de Vitacura fue testigo del primer encuentro distendido, luego de las primarias, entre Longueira y Allamand, quienes limaron asperezas, llevando al exministro de Economía a comentar: “Tanto a Andres como a mí nos caracteriza poseer una mirada y un proyecto común”. enfatizando la unidad del sector, el candidato oficialista agregó: “vamos a incorporar propuestas de Allamand al programa de gobierno, quien colaborará personalmente en el espacio, a los efectos de brindar a los ciudadanos continuidad del primer gobierno de la Alianza.
Pero, el oficialismo lo tiene difícil. Bachelet, ostenta la ‘poleposition’ en las encuestas al momento, sin embargo, aspiran a dar una dura batalla. Las cartas están echadas, noviembre a la vuelta de la esquina. La democracia chilena, dará, como es costumbre en los últimos tiempos, ejemplo de transparencia y raciocinio. Y, no dudamos de que esta no será la última vez.