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América en Foco

Bajar los decibelios

Cumplido un año de ausencia de vínculos diplomáticos entre Venezuela y Colombia, en el que el jefe de Estado venezolano, Hugo Chávez Frías, ordenó congelar las relaciones bilaterales buscando sustituir rápidamente las importaciones de su país, sólo ha llevado a una situación tal que ha destrozado el intercambio comercial. La crisis se ha sentido sobre todo en el sector exportador colombiano, que ve escapar a su principal destino. Cumplido un año de ausencia de vínculos diplomáticos entre Venezuela y Colombia, en el que el jefe de Estado venezolano, Hugo Chávez Frías, ordenó congelar las relaciones bilaterales buscando sustituir rápidamente las importaciones de su país, sólo ha llevado a una situación tal que ha destrozado el intercambio comercial. La crisis se ha sentido sobre todo en el sector exportador colombiano, que ve escapar a su principal destino.

´Por si esto fuese poco, más penurias económicas cargan sobre los dos países ya que en este lapso de tiempo, ni Colombia ingresó al Tratado de Libre Comercio con USA ni Venezuela pudo convertirse en un socio del Mercosur con derechos plenos, en síntesis esta situación tan inverosímil ha contribuido a que los dos países acrediten perjuicios millonarios.

Continuando con la penuria económica, al momento Colombia atesora sólo el 25% del mercado que había conquistado, sus exportaciones anuales cayeron en 2.000 millones de dólares respecto de 2008, hasta cerca de 4.000 millones de dólares en 2009, y las cosas no van mejor en 2010, según el Departamento Nacional de Estadística de Colombia.

De enero a mayo de 2010, las ventas colombianas a Venezuela totalizaron 652 millones de dólares, -76,6% respecto al mismo periodo del año anterior.

El motivo de la “congelación” se atribuye a que el Gobierno de Álvaro Uribe denunció que se habían incautado armas pesadas de origen europeo en un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), las cuales podrían haber sido direccionadas desde Venezuela.

Por estos días se repite la película, cuando Chávez, en compañía del ultradefensor del socialismo del siglo XXI , el ex técnico del seleccionador de fútbol argentino Diego Maradona, vaya uno a saber el porqué de su privilegiada ubicación ante semejante situación, anuncia la ruptura total de relaciones con Colombia, después de que el Gobierno de Uribe denunciara en la Organización de Estados Americanos (OEA) que existen unos 1.500 guerrilleros de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Venezuela y que el Gobierno de ese país no colabora en la lucha antiterrorista.

La crisis tiene un fuerte reflejo en la frontera común, de 2.219 kilómetros, que “es la más viva, la más rica que tenemos los dos países”.

Es de esperar que ante la toma de posesión del nuevo Gobierno colombiano a cargo de Juan Manuel Santos cambia la actitud hacia su vecino

“Agresión” fue una de las palabras usadas por Chávez cuando Colombia presentó a la OEA, mapas, fotos y documentos para probar su denuncia de que hay una presencia continuada de guerrilleros en Venezuela.

Chávez advirtió de que si se producía una nueva “agresión” colombiana, dejaría las relaciones a 0. La tarea de recomposición no es nada fácil, semejante desafío deberá afrontar el nuevo Gobierno colombiano, ya que a todas luces se trata de dos modelos de desarrollo y de concepción política muy diferentes los que deberían convivir en un contexto de pluralidad y de respeto, por lo que es imprescindible habilitar espacios de diálogo, recurriendo a una diplomacia seria sin doble discurso, transparente, con el solo objetivo de reconstruir las relaciones de confianza y de entendimiento entre los pueblos.

Sin lugar a dudas que esta crisis debe abordarse en el ámbito multilateral, además del bilateral, el que hasta el día de hoy se ha convertido en un diálogo de sordos.

Así, el ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Nicolás Maduro, durante su gira por varios países de la región sostuvo que se debe crear «una relación basada en el respeto absoluto» entre los dos países, a la vez que su país considera necesaria una «rectificación» por parte del Gobierno que presidirá Juan Manuel Santos, con el objetivo de impulsar un modelo de relaciones bilaterales basadas en el «respeto absoluto». .

El canciller venezolano lleva a cabo una gira por los países de la región con miras a la reunión de Unasur en Quito, que discutirá las denuncias que hizo Colombia en la OEA sobre la presencia de guerrilleros en territorio venezolano

Estas denuncias llevaron a que el presidente Hugo Chávez rompiera relaciones con Colombia, insistió, además, en pedir la colaboración de las naciones suramericanas para impulsar un plan de paz para la región.

«La solución es ir a la paz en Colombia y construir la paz, y la solución debe construirse con Suramérica.

Por la otra parte, el presidente colombiano, Álvaro Uribe Velez, le encomendó la tarea a la administración Santos de acabar con la «culebra del terrorismo» y no bajar la guardia en la lucha contra las FARC, afirmando que nosotros sabemos como conducir los procesos de paz pero también sabemos que la culebra busca estos espacios para volver a envenenar al país.

Uribe reclamó al Gobierno del presidente electo Juan Manuel Santos que no deje que las FARC internacionalicen su pedido de un diálogo de paz.

«Nosotros demandamos de la comunidad internacional que se luche contra el terrorismo y no deje que se refugie en ningún lado», agregó.

Momentos cruciales en la relación de dos Estados hermanos, los que, independientemente de sus circunstanciales gobernantes, deben dar señales concretas en busca de paz, concordia y respeto mutuo.

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