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AMERICA EN FOCO

Al filo del abismo

A dos años del inicio del proceso de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, el presidente Juan Manuel Santos suspendió las negociaciones que se llevan a cabo en La Habana al conocerse el secuestro de un general del ejército, a manos de los rebeldes. A dos años del inicio del proceso de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, el presidente Juan Manuel Santos suspendió las negociaciones que se llevan a cabo en La Habana al conocerse el secuestro de un general del ejército, a manos de los rebeldes.

El general Rubén Alzate fue interceptado junto al cabo Jorge Contreras Rodríguez y a la abogada Gloria Urrego, fueron interceptados por hombres armados cuando viajaban en una embarcación de alta velocidad por un río próximo a la localidad de Quibdó, en el departamento de Chocó, unos 310 kilómetros al oeste de Bogotá.

El presidente Santos sostuvo que el secuestro del general y sus acompañantes es «totalmente inaceptable» y ordenó a los delegados de paz del gobierno que no viajaran a Cuba para una nueva ronda de conversaciones en espera de que los tres secuestrados queden en libertad.

«Responsabilizamos a las FARC de la vida y la seguridad de estas tres personas . Se suspende esta negociación hasta tanto no se aclare y se libere a estas personas», señaló.

A pesar de la confirmación en cuanto a la responsabilidad de las FARC del secuestro del general, Santos exigió que se investigue por qué Alzate, con 31 años de servicio militar, supuestamente infringió las normas castrenses y viajó a esa zona de guerra vestido de civil y sin guardaespaldas. Alzate es comandante de Fuerza de Tarea Titán, un grupo formado por 2500 elementos del ejército y la marina cuya misión es combatir a los rebeldes y narcotraficantes en las zonas selváticas y remotas que rodean Quibdó.

Sin embargo un manto de luz purificó la trama , el Gobierno de Colombia y las FARC alcanzaron un acuerdo sobre las condiciones para liberar «lo antes posible» a estas personas, según anunciaron en La Habana representantes de Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz. El principio, este acuerdo saca las negociaciones del ‘impasse’ en que se encontraban, cuando la guerrilla capturó al general Alzate, el primer militar de tan alto rango en manos de las FARC, lo que provocó el mayor momento de crisis en el proceso de paz con la decisión del presidente Juan Manuel Santos de suspender las conversaciones, además de Alzate, serán liberados el cabo Jorge Rodríguez y la abogada al servicio del Ejército, Gloria Urrego, además serán liberados los soldados Cesar Rivera y Jonathan Días, secuestrados tras un combate en Arauca, frontera este con Venezuela hace diez días.

El jefe negociador de la guerrilla, ‘Ivan Márquez’ (alias de Luciano Arango Marín), súbitamente intervino antes de que se anunciara el reinicio de los diálogos, donde hizo un balance “altamente positivo” de dos años de proceso de paz, que avanza a paso lento pero seguro, con acuerdos parciales en más de la mitad de la agenda.

El equipo negociador de la guerrilla, como dato esclarecedor justificó la “captura” del general y de sus dos acompañantes a “un suceso normal dentro de una guerra”, consecuencia de la negativa del Gobierno a decretar una tregua temporal a los efectos de simbolizar un “ambiente de tranquilidad” durante las conversaciones.

“No es sensato que continuemos matándonos en una confrontación que, de no parar, generará más prisioneros e incidentes que pueden poner en peligro la continuidad de la mesa de conversaciones”, afirmó ‘Márquez’, número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), insistiendo en que el “principal obstáculo ha sido la persistencia del Gobierno de no permitir un cese del fuego bilateral, lo que ha provocado continuas fricciones entre las partes en estos dos años”.

Desde la vereda opuesta el Gobierno afirma que la guerrilla ha utilizado en otros intentos de paz estas treguas para reforzarse militar y políticamente, lo que ‘Márquez’ consideró “un absurdo”.

Con el reinicio de las conversaciones, tan pronto se libere a los secuestrados, las partes tienen por delante la tarea de resolver los puntos más complejos y delicados de la agenda: el resarcimiento a las víctimas, y bajar a papel cómo se producirá el fin de las hostilidades, sumado a la entrega de las armas por parte de las FARC.

En estos dos años de negociaciones, ya se han logrado acuerdos preliminares en tres de los cinco puntos de la agenda, referentes a tierras y desarrollo rural, participación política y drogas y cultivos ilícitos.

En estos momentos discutían la reparación de los aproximadamente 6,5 millones de víctimas del flagelo, estando previsto que la mesa recibiera a la quinta y última comitiva de víctimas, con los últimos testimonios, llegaran a una conclusión positiva y satisfactoria a sus requerimientos.

Sin embargo la asignatura pendiente consiste en aplacar las diferencias entre las partes al momento en que se debata el último punto de la agenda, referido al fin del conflicto, entrega de armas y tránsito a la vida civil de las FARC, asuntos sobre los que ya está trabajando desde agosto una subcomisión técnica formada por militares.

La administración Santos sostiene que la insurgencia deberá abandonar las armas tan pronto se alcance un acuerdo definitivo, mientras que la guerrilla da prioridad a que el Estado les ofrezca garantías de seguridad durante y después de su desmovilización y se reservan la entrega de las armas para cuando eso se produzca.

Ante esta movida da que pensar que el gesto de la guerrilla de precipitar la continuidad de las negociaciones les otorga una ventaja en el juego psicológico, la muestran como el facilitador ante el contexto, será tan así, pues bien, atentos al siguiente paso, quizá lo dé el que menos usted piensa.

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