No obstante, la oposición aún necesitaría recopilar las firmas de un 20% del electorado para que la convocatoria del referéndum sea firme. La autoridad electoral de Venezuela ha certificado que las firmas recolectadas por la oposición a Nicolás Maduro para revocar al presidente del país bolivariano son válidas y superan el umbral del 1% del electorado que equivale a unos 200.000 electores. De esta forma, se cumple el primer requisito para la convocatoria de un referéndum en el que se decidiría sobre un eventual fin del mandato presidencial.
No obstante, para que efectivamente se cumpla esa posibilidad sería necesario en el segundo paso que ahora comienza que se reúnan las firmas del 20% del electorado. Una condición que en absoluto resulta fácil de cumplir tal y como la propia presidenta del Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, ha venido a poner en duda declaraciones recogidas por la agencia Reuters.
Lucena no precisó de esta forma cuando la oposición venezolana podría activar la presentación de las cerca de 4 millones de firmas que ahora necesita recolectar y adelanto además que su organismo solicitará al Ministerio Público investigar supuestas irregularidades, como usurpación de identidad, que serían susceptibles de extenderse hasta el 0,33% de los casos.
Y es que desde el Gobierno se han interpuesto hasta 9.000 demandas alegando un fraude masivo en la recolección de firmas. Y si bien es poco probable que puedan afectar ya a esta fase dado que las firmas recolectadas han sido 408.000: el doble de las necesarias; sí pueden contribuir a retrasar el proceso.
Sin embargo, el secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, ha señalado que los opositores seguirán el proceso y presentarán en los próximos dos días la solicitud formal para activar la segunda recolección de firmas. Así, según éste, sería probable que la convocatoria se fijase para la primera semana de septiembre.
Una cuestión, la de cuando se podría concretar finalmente el proceso, que resulta crucial ya que si Maduro perdiese el referéndum este año, se convocarían nuevas elecciones. Pero si la consulta se produjese el próximo año, si el actual presidente fuese derrotado, sería reemplazado por su vicepresidente hasta la convocatoria prevista para 2018.
