Un toque de atención para el Departamento de Estado de EEUU. Algunos diplomáticos europeos que trabajan en La Habana y siguen por televisión las imágenes de los acontecimientos que tienen lugar al sur del Mediterráneo lo tienen claro. Lo que sucede en esos países árabes, en los que la presión popular sobre los enarcas históricos amenaza con cambiar para siempre el mapa del poder en la región, merece un análisis detenido.
Estos analistas ociosos comentan que esas situaciones explosivas, mezcla de movilizaciones populares y revueltas de los mandos militares más cercanos a la tropa, deberían preocupar y mucho a las personas del Departamento de Estado de EEUU.
Sobre todo al equipo que se encarga de seguir la realidad cubana y que impulsan y propician ese pacto interpares que terminaría con la sustitución del castrismo por otro sistema de poder más democrático.
No vaya a ser que un acelerón popular multitudinario en el Malecón habanero eche por tierra los tiempos previstos en esa agenda bilateral de la ‘rendición’ que, de momento, unos y otros, parecen seguir al pie de la letra.
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