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Rousseff tendrá submarinos nucleares de construcción brasileña en 2016

Brasil ha logrado dominar el ciclo completo del enriquecimiento del uranio, gracias a la puesta a punto de una planta dedicada a tal efecto, Usina de Gas de Uranio (Usexa), localizada en Iperó, en el estado de Sao Paulo, que comenzará a producir plenamente a partir de 2012. De esta forma, la nación sudamericana ya no dependerá del exterior para llevar a cabo el proceso. El complejo se encuentra bajo administración de la Armada, que planea construir una nueva flota de submarinos y navíos, a los que incorporará propulsión nuclear a partir de 2016, con la que vigilar su amplias extensiones de costa y, lo que es más decisivo, las zonas en las que según los expertos se encuentran importantes yacimientos petrolíferos marinos. Brasil ha logrado dominar el ciclo completo del enriquecimiento del uranio, gracias a la puesta a punto de una planta dedicada a tal efecto, Usina de Gas de Uranio (Usexa), localizada en Iperó, en el estado de Sao Paulo, que comenzará a producir plenamente a partir de 2012. De esta forma, la nación sudamericana ya no dependerá del exterior para llevar a cabo el proceso. El complejo se encuentra bajo administración de la Armada, que planea construir una nueva flota de submarinos y navíos, a los que incorporará propulsión nuclear a partir de 2016, con la que vigilar su amplias extensiones de costa y, lo que es más decisivo, las zonas en las que según los expertos se encuentran importantes yacimientos petrolíferos marinos.

Sin embargo, la posibilidad de que Brasil desarrolle armas nucleares es nula, ya que ello está descartado en la propia Constitución del país. A partir del 2012, la planta producirá 40 toneladas anuales de uranio limitado al 5% y otra línea al 20%, que se dedicará a aplicaciones científicas y técnicas, por lo que los usos directamente ofensivos del material no se contemplan (las armas nucleares requieren de un enriquecimiento del 90%). Con la intención declarada de modernizar sus Fuerzas Armadas, Brasil firmó una alianza con Francia para construir cuatro submarinos Scorpene, con una inversión prevista de 6.700 millones de euros (unos US$ 9.600 millones) para las próximas tres décadas.

En los últimos años, Brasil ha incrementado sobremanera su gasto armamentístico. El tamaño del PIB brasileño ha situado a la nación de Dilma Rousseff entre los 13 países que más dinero gastan en armamento. Brasil utilizó en 2008 un 1,5% de su PIB para adquirir armamento, un porcentaje que le sitúa dentro de la media aproximada del global de los países latinoamericanos. Pero ese dato adultera la realidad.

Según el SIPRI, el ministerio de Defensa brasileño contaba en 2009 con un presupuesto de 27,124 millones de dólares, un 16,4% más que en 2008, cuando gastó 23,302 millones. Uno podría pensar que esta ampliación representa un gran esfuerzo para el país. Por el contrario, no es más que el reflejo de la manera en que está creciendo la economía brasileña. Desde el año 2003, el país amazónico mantiene un gasto sostenido del 1,5% de su PIB, algo que le está sirviendo, si esa es su intención, para colocarse entre los estados que más gastan.

El coloso brasileño ocupa ya un lugar preponderante entre las economías de América Latina y el mundo. Su PIB nominal lo situó en 2009 en el octavo puesto de economías mundiales y su población, 193 millones y continúa subiendo, lo posiciona quinto en el ranking de países más poblados. Esta situación en materia económica no ha tenido hasta este momento su reflejo en materia militar. Sin embargo, el abultado gasto comienza a verse, por parte de los expertos, como una muestra de que esta situación ha comenzado a cambiar.

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