Puede que ya no se lleve. Incluso que en estos tiempos, marcados por el ‘streaming’ y el predominio de las canciones indiviudualizadas, hacer discos conceptuales sea una especie de suicidio. Sin embargo, hay bandas como Remmy, que aún se atreven a intentarlo. Puede que ya no se lleve. Incluso que en estos tiempos, marcados por el ‘streaming’ y el predominio de las canciones indiviudualizadas, hacer discos conceptuales sea una especie de suicidio. Sin embargo, hay bandas como Remmy, que aún se atreven a intentarlo.
Este quinteto mexicano, procedente de la ciudad de Guadalajara, empezó a trabajar de esta manera casi desde sus incios. Tanto su primer disco ‘Vegetal’, como el segundo, ‘Ani y la Manzana’, surgieron inspirados por esta forma de hacer las cosas, que utilizaron en algunos trabajos, bandas míticas como The Who, The Kinks, o Pink Floyd.
Unas bandas que forman parte del universo de influencias manejado por Remmy. Una banda, formada por Robert al bajo, Gus al piano, Carlos a la batería, y Trino y Calín a las guitarras y las voces que no teme enfrentarse a los desafíos que se cruzan en su camino.
Como sus maestros, estos cinco músicos se sienten a gusto en los territorios más rockeros, pero tampoco le hacen asco a las armonías y filigranas guitarreras del folk o el country. Aunque su forma de acercarse a estas músicas se aleja de modo consciente de los simples ejercicios de estilo.
Su nuevo disco, titulado ‘Animalario’, también se enmarca en esta categoría. En este caso, las diez canciones incluidas en el álbum tienen como característica común, que funciona como elemento aglutinador, el hecho de estar inspiradas por distintos habitantes del reino animal.
Por lo demás, Remmy mantiene intacta su habitual potencia rockera y su capacidad para utlizar elementos tomados de diversos estilos que mezclan con contundencia y vitalidad rítmica. Hay un poco de todo y el resultado es siempre potente y revitalizador.
