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Raúl inicia la liquidación del ‘castrismo’ con Chávez como testigo

El pasado lunes 8 de noviembre, un Raúl Castro circunspecto y grave anunciaba la convocatoria del primer congreso del Partido Comunista de Cuba que se celebrará en las Isla desde 1997s. Un cónclave en el que, según parece indicar el documento presentado como base de las discusiones, se abordarán algunos cambios sustanciales para el modelo político y económico de la Isla. Lo curioso es que, en este ocasión tan señalada, el presidente cubano compareció en compañía de Hugo Chávez, un mandatario de un estado extranjero. Además, el venezolano, vestido de azul, se sentaba a la derecha, en el mismo sitial que solía ocupar Fidel Castro. El pasado lunes 8 de noviembre, un Raúl Castro circunspecto y grave anunciaba la convocatoria del primer congreso del Partido Comunista de Cuba que se celebrará en los últimos trece años. Un cónclave en el que, según parece indicar el documento presentado como base de las discusiones, se abordarán algunos cambios sustanciales para el modelo político y económico de la Isla. Lo curioso es que, en este ocasión tan señalada, el presidente cubano compareciese ante sus ciudadanos y los medios de comunicación de todo el mundo en compañía de Hugo Chávez, un mandatario de un estado extranjero. Además, el venezolano, vestido de azul, se sentaba a la derecha de su par, en el mismo sitial que en otras ocasiones señaladas ocupó Fidel Castro.

En los ambientes diplomáticos internacionales no acaba de entenderse este hecho, por más que la conexión entre Venezuela y la mayor de las Antillas sea conocida. Algunos cubanólogos, quizá un tanto retorcidos, hacen suya estos días la explicación de Radio Bemba (nombre con el que se conoce en Cuba a la circulación de los rumores callejeros y aventuran que, quizá, Chávez estaba presente en este acto clave para el futuro de la Isla porque tiene mucho que decir sobre este asunto. O, a lo mejor, dicen los comentaristas peor pensados, estaba ahí para reclamar lo suyo y que nadie se olvide de la parte que le corresponde tras una década larga en que su país ha sido uno de los principales apoyos financieros de la economía cubana.

Formalmente la visita del presidente bolivariano a la mayor de las Antillas se realizó con otro motivo Chávez viajó a La Habana el domingo último para asistir a la conmemoración del X aniversario de la firma del Convenio Integral de Colaboración Cuba-Venezuela, que ha sido renovado por otros diez años más en una ceremonia solemne que tuvo lugar en el Palacio de Convenciones de La Habana y fue retransmitida por televisión.

De hecho, fue en este marco tan poco usual en el que Raúl Castro anunció la convocatoria del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba que tendrá lugar en La Habana en abril de 2011. Como decíamos antes, trece años después de la celebración del anterior que tuvo lugar en octubre de 1997. Y, lo que quizá sea más significativo, con un retraso de casi nueve años sobre las fechas en las que hubiera tenido que realizarse.

Todos los acontecimientos que acabamos de relatar fueron publicitados, tanto en diferido como en directo, por una auténtica multitud de medios de comunicación internacionales. Si no hubiera sido así, muchos no hubieran creído en la veracidad de esas versiones. Es demasiado inusual.

Como explican algunos observadores, sería algo parecido a que el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, por ejemplo, hubiera anunciado en el Congreso de los Diputados, los recortes presupuestario que hizo públicos en mayo, con la canciller alemana Angela Merkel sentada a su derecha.

Por eso, en ciertos ambientes diplomáticos, la imagen de Chávez y Raúl Castro de la que hablábamos al principio, parece haber resultado verdaderamente incomprensible para muchos observadores.

Incluso si se admiten las peculiaridades de este enclave caribeño y su dosis habitual de realismo mágico como elemento consustancial para el análisis.

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