El presidente del Gobierno cubano, Raúl Castro, continúa con su intento de controlar la fuga de suministros que se produce en las empresas estatales, propiciada, entre otros motivos, por la falta absoluta de control de gastos y recursos que se observa en la mayoría de los gestores. Sin embargo, algunos diplomáticos europeos que realizan su trabajo en La Habana y han sido consultados por Americaeconomica.com consideran que sus intentos están abocados al fracaso. El presidente del Gobierno cubano, Raúl Castro, continúa con su intento de controlar la fuga de suministros que se produce en las empresas estatales, propiciada, entre otros motivos, por la falta absoluta de control de gastos y recursos que se observa en la mayoría de los gestores. Sin embargo, algunos diplomáticos europeos que realizan su trabajo en La Habana y han sido consultados por Americaeconomica.com consideran que sus intentos están abocados al fracaso.
De hecho, la mayor de las Antillas, es uno de los pocos países del mundo en los que existe un ministerio específico, Auditoria y Control, encargado de resolver este problema endémico. Pero no ha tenido éxito.
Para algunos expertos internacionales independientes no estaríamos ante un problema de corrupción entre algunas élites cercanas al poder como se suele argumentar desde el entorno de Raúl Castro. Es más simple. Los cubanos usan ‘la resolvedera’ como un sistema de reasignación de los escasos recursos públicos de los que se dispone. Y está absolutamente asentado en la mayoría de la población desde hace años.
En algunos ámbitos, como la Iglesia Católica, en los que también se considera irresoluble el problema sin una profunda reforma de la estructura económica que asegure la creación de riqueza, se advierte que la persistencia de estas prácticas puede generar un problema moral que comprometa, gravemente el futuro.