Sebastián Piñera, que con su popularidad en un 26% vive su peor momento al frente del gobierno chileno, hizo público ayer el envío a la Asamblea Nacional de una ley que regula las uniones heterosexuales y homosexuales. Las reacciones no se han hecho esperar. Desde su propio grupo de gobierno, vinculado al catolicismo, amenazan con vetarla en la cámara de representantes, mientras que sus votantes, así como los estudiantes que reclaman en las calles una reforma educativa, lo consideran un gesto desesperado para calmar los ánimos. Sebastián Piñera, que con su popularidad en un 26% vive su peor momento al frente del gobierno chileno, hizo público ayer el envío a la Asamblea Nacional de una ley que regula las uniones heterosexuales y homosexuales. Las reacciones no se han hecho esperar. Desde su propio grupo de gobierno, vinculado al catolicismo, amenazan con vetarla en la cámara de representantes, mientras que sus votantes, así como los estudiantes que reclaman en las calles una reforma educativa, lo consideran un gesto desesperado para calmar los ánimos.
La presentación del proyecto de ley tuvo lugar en la Casa de la Moneda en el día de ayer. Ninguna de las primeras figuras del gobierno aparecieron al lado del presidente chileno, que aseguró que “cuando este proyecto sea aprobado como Ley de la República, dos personas, en la medida que sean adultas, solteras, no sean hermanos ni ascendientes, y mantengan una vida afectiva, podrán ver reconocida su relación afectiva celebrando un Acuerdo de Vida en Pareja”.
Las primeras críticas a su Acuerdo de Vida en Pareja no han tardado en llegar. Previendo las posibles discordias, al evento no asistieron los líderes de RN y la UDI, Carlos Larraín y Juan Antonio Coloma. Sin embargo, poco después de producirse el anuncio, el diputado UDI Gonzalo Arenas, escribía en su cuenta de Twitter que «El Presidente humilla a sus partidos en la misma Moneda, ¡qué vergüenza me da mi gobierno!». A su vez, el jefe de bancada, José Antonio Kast, aseguró que «para la mayoría de la UDI es un mal proyecto» y el diputado Felipe Ward anunció que muchos «lo votarán en contra». Su par, Gustavo Hasbún, agregó que el AVP es «un error grave».
La presentación del proyecto de manera pública, para la que Piñera se hizo acompañar de las figuras sociales que han impulsado el mismo, compartió con las manifestaciones que tomaron las calles de las ciudades más importantes. En ellas, más de 150.000 estudiantes, profesores y familias pedían, dos meses después de iniciadas las protestas, una reforma de la educación que facilite estudios a los más desfavorecidos.
A esta hora se confirma una reunión de urgencia del Gabinete Piñera para el día de mañana jueves. La solicitada reforma, que recibe el apoyo de una gran mayoría de la población chilena, no concuerda con las propuestas realizadas hasta ahora por el Gobierno, que ha visto caer en picado su aceptación.