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Ollanta Humala marca distancias con Chávez y mejora sus resultados en los sondeos

La figura de Hugo Chávez en el ámbito internacional estaría entrando en barrena. Eso al menos parece indicar el último gesto de alguien que se había mostrado su admirador en otro tiempo, Ollanta Humala, candidato a las elecciones presidenciales de Perú. El dirigente nacionalista, con una marcada ideología izquierdista, ha tenido que desligarse públicamente del gobernante venezolano con el fin de mejorar en las encuestas, algo que no deja en muy buen lugar a Chávez. La figura de Hugo Chávez en el ámbito internacional estaría entrando en barrena. Eso al menos parece indicar el último gesto de alguien que se había mostrado su admirador en otro tiempo, Ollanta Humala, candidato a las elecciones presidenciales de Perú. El dirigente nacionalista, con una marcada ideología izquierdista, ha tenido que desligarse públicamente del gobernante venezolano con el fin de mejorar en las encuestas, algo que no deja en muy buen lugar a Chávez.

Humala, que hasta la última semana no contaba en las encuestas de intención de voto, ha logrado alzarse hasta el primer puesto de las mismas. Según los analistas, el proceso es el resultado de dos cuestiones. Por una parte, a medida que su popularidad crecía, los candidatos restantes han emprendido fuertes campañas de desacreditación, algo que ya elevó a Alejandro Toledo a ser el candidato preferente tras sufrir las críticas del actual presidente, Alán García.

Sin embargo, según dichos analistas, el verdadero motivo de su elevado crecimiento ha tenido una motivación principalmente internacional. Muchos de los ataques sufridos tenían una intencionalidad clara. Aseguraban que la campaña de Humala había sido financiada por Chávez, algo que provocaba un cierto miedo entre la población. Por el contrario, el propio candidato ha desmentido tal extremo.

El discurso ha cambiado. En 2006, cuando se postuló por primera vez, Humala ofrecía un cambio radical en el país, despotricaba contra las empresas extranjeras, prometía defender los recursos naturales y se declaraba admirador del presidente venezolano Hugo Chávez. Ahora, con más experiencia y en un contexto político diferente, defiende políticas alejadas de su ídolo. El candidato marcó el pasado miércoles distancia con Chávez, exigiéndole «que no se meta en las elecciones peruanas».

En un país como Perú, donde las encuestas parecen indicar una excesiva volatilidad en la opinión de los votantes, pequeños gestos como estos tienen gran importancia. El distanciamiento con el líder bolivariano, que es considerado por muchos como el inductor de la llegada al poder de otros mandatarios de izquierda a los gobiernos de Ecuador, Bolivia o Guatemala entre otros, ha sido este pequeño gesto. Sin embargo, lejos de ser vanal, indica algo que parecía intuirse. La política que Chávez lleva a cabo está dejando de ser vista con buenos ojos en su continente.

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