La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, va de una en otra en su eterno enfrentamiento con el líder de la Confederación General de Trabajo (CGT) de Argentina, Hugo Moyano, enemigo acérrimo de la mandataria argentina. La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, va de una en otra en su eterno enfrentamiento con el líder de la Confederación General de Trabajo (CGT) de Argentina, Hugo Moyano, enemigo acérrimo de la mandataria argentina.
A la huelga de basuras que comenzó con la recogida de anoche y que durará 24 horas, se une un acto que tendrá lugar el día de hoy en la Plaza de Mayo en la que el camionero será uno de los protagonistas además de paros en diversos sectores.
Aunque ayer todavía había dudas sobre el acto, pues el Gobierno había vallado buena parte de la plaza. Esto hizo que el secretario de la CGT no escatimase en críticas para su eterna rival pese al carácter pacífico de la reunión: “parece que la presidenta ha vallado la zona porque le tiene miedo a los trabajadores, pero nosotros iremos a la Plaza de todos modos”.
Según ha comentado el líder sindical al periódico Clarín, el paro vuelve a tener que ver con el impuesto de Ganancias en los salarios de los trabajadores, que no terminan de solucionarse.
Moyano espera movilizar a unas 40.000 personas, puesto que en el encuentro también estarán otros gremios de su grupo sindical, así como la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) anti Kirchner de Pablo Micheli, que también participará, aunque solo el camionero intervendrá.
El periódico menos afín a la presidenta entrevistó al jefe del sindicato que aseguró que “la gente no debería enfadarse con nosotros, sino con las causas que nos llevan a hacer esto y esas causas las provoca la presidenta, que se comporta como si fuera la dueña de los salarios en Argentina”.
En la entrevista, insistió en la perversión del impuesto a Ganancias. “Estoy haciendo lo que debo hacer por los trabajadores a los que represento”. Además quito cierto hierro al asunto al manifestar que lo que más se notaría sería en las calles sucias. “Salvo en la basura, los efectos de las medidas de fuerza nuestras nunca son inmediatos. Más aún cuando no es un paro sorpresa sino que se anunció hace días”.
Sobre la posibilidad de que la nueva movilización pueda hacer cambiar de opinión al Gobierno ha manifestado que no está seguro si cambiará algo pero “está claro que cada vez más gente se anima a reclamar y que la presidenta está completamente fuera del sentido común. Ojala que nuestro paro por fin la haga reflexionar”.
