El presidente de Bolivia, Evo Morales, comienza su tercera legislatura en medio del inminente derrumbe de los precios de gas natural, la principal fuente de ingresos por exportaciones aunque con una ola de crecimiento y estabilidad sin precedentes. El presidente de Bolivia, Evo Morales, comienza su tercera legislatura en medio del inminente derrumbe de los precios de gas natural, la principal fuente de ingresos por exportaciones aunque con una ola de crecimiento y estabilidad sin precedentes.
Entre 2006 y 2014, Bolivia ha triplicado el Producto Interior Bruto (PIB) hasta los 30.600 millones de dólares, con tasas de crecimiento promedio de 5% al año que permitieron acumular reservas internacionales que superan el 50% del PIB. Ahora que los precios del petróleo están bajando precipitadamente, es de esperar que los ingresos por el gas se resientan también.
Del que se convertirá a término de la legislatura en el presidente más longevo de Bolivia, ha asegurado el profesor de ciencias políticas Marcelo Silva de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz que “es el presidente que ha tenido más poder económico y político en la historia gracias a la mayor bonanza del país” gracias a los altos precios de las materias primas durante los dos primeros mandatos del presidente.
Mientras sus partidarios han señalado que ha llevado al país al siglo XXI, sus detractores se quejan de que Morales le ha cogido el gusto a las mieles del poder, pues viaja en un lujoso avión y se construyó un enorme palacio nada más acceder al poder.
Pese a todo lo que ha conseguido, muchos de los bolivianos tienen problemas para satisfacer sus necesidades básicas y, de producirse una crisis económica, el presidente deberá reducir gastos públicos e incumplir la promesa de mejorarla salud pública y reformar un sistema judicial “corrupto”.
