La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, comienza el año más o menos como lo terminó: con pocos apoyos. Una reciente encuesta de la firma Cadem señala que la desaprobación a la gestión de la mandataria ha avanzado hasta el 68%. La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, comienza el año más o menos como lo terminó: con pocos apoyos. Una reciente encuesta de la firma Cadem señala que la desaprobación a la gestión de la mandataria ha avanzado hasta el 68%.
El portavoz del Gobierno, Marcelo Díaz, ha reaccionado asegurando que le gustaría que las cifras fueran mejores pero que no pueden permitir que sean las encuestas “las que guíen” su conducta.
Por si eso no fuera suficiente para que la mandataria empezase el año de un modo amargo, a ello se unen los toques de atención que les han dado sus compañeros en el Gobierno, de la Democracia Cristiana. “Improvisación, reformas mal planteadas y un rumbo equivocado” han sido algunas de las críticas que le han hecho a la presidenta.
El presidente del Senado, Patricio Walker, de ese partido, ha querido matizar estas palabras y ha señalado que apoyan a la presidenta, pero apoyar “no significa no plantear críticas en sentido constructivo cuando hay que hacer correcciones”.
Pese a la intención de Walker de quitar hierro al asunto, la reciente renuncia del ministro del Interior, Jorge Burgos, y el rechazo de esta por parte de la mandataria no ha hecho sino aumentar la tensión en el Ejecutivo chileno.
