El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aprovechará su visita a Londres para fomentar la inversión en su país. Durante los dos días que estará en la capital de Inglaterra se reunirá con Lakshmi Mittal, dueño del grupo Arcelor Mittal, primera compañía siderúrgica del mundo, y con el presidente de Alcoa para América Latina, Franklin Feder, como representante de la mayor productora mundial de aluminio. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aprovechará su visita a Londres para fomentar la inversión en su país. Durante los dos días que estará en la capital de Inglaterra se reunirá con Lakshmi Mittal, dueño del grupo Arcelor Mittal, primera compañía siderúrgica del mundo, y con el presidente de Alcoa para América Latina, Franklin Feder, como representante de la mayor productora mundial de aluminio.
La reunión con los representantes de dos de los principales grupos internacionales de siderometalúrgia responde a la idea de convencerles de que Brasil ha superado la crisis económica y se presenta como una buena opción de inversión en el futuro.
Como garantía de esto, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social carioca (BNDES) ha abierto una delegación en Londres, lo que permitirá la financiación de proyectos europeos en el país latinoamericano. Se trata de su primera oficina europea.
Lula se citará también con el Primer Ministro británico, Gordon Brown y con la Reina Isabel II con el propósito de dar a conocer la situación de Brasil y encontrar apoyos e inversiones a este lado del Atlántico.
Uno de los principales puntos a tratar en la charla entre el presidente brasileño y Gordon Brown será la firma de un memorando de entendimiento sobre cooperación deportiva. Con esto se pretende que Brasil aproveche la experiencia de Londres con los Juegos Olímpicos de 2012 para organizar en Rio los de 2016.
Además, también intercambiarán perspectivas sobre la situación económica global la reunión del G-20 que tendrá lugar el próximo fin de semana en Escocia, o cómo se postula Brasil ante la posibilidad de tener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Desde la delegación brasileña han explicado que se hará especial hincapié en la conferencia de la ONU sobre el clima que se celebrará en diciembre próximo en Copenhague.
Brasil, que todavía no ha definido oficialmente su postura, exige un compromiso ambicioso y claro de los países ricos, tanto en lo que respecta a la reducción de emisiones de los gases causantes del cambio climático como a la financiación de los países en desarrollo.
Brown, por su parte, es uno de los líderes que todavía cree posible lograr un acuerdo vinculante que acentúe los esfuerzos del Protocolo de Kioto tras su expiración en 2012.
Como complemento a estas conversaciones, Lula participará en el seminario empresarial Invirtiendo en Brasil donde le acompañarán el ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega y la de la Casa Civil, Dilma Rousseff. También estarán presentes el presidente del Banco Central carioca, Enrique Meirelles y el del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, Luciano Coutinho.
En este viaje a Inglaterra, Lula recibirá asimismo el premio al Estadista del Año concedido por el Instituto Real de Asuntos Internacionales (Chatham House). Este tributo se concede anualmente al estadista que haya contribuido más a la mejora de las relaciones internacionales.
El galardón recompensa la contribución de Lula a la estabilidad e integración en Latinoamérica y su papel destacado en la resolución de crisis regionales y la política social que desarrolló en su país, según han indicado fuentes de la Chatlam House.
La organización ha señalado que bajo la administración de Lula, Brasil se ha integrado de manera creciente en la economía global y ha trabajado para fomentar el consenso en los foros multilaterales y económicos. Por último han destacado su rol en la reducción de la pobreza a través de políticas económicas innovadoras y responsables.
En anteriores ocasiones se galardonó al presidente de Gana, John Kufuor, la princesa Sheikha Mozah, una de las tres mujeres del emir de Catar y al expresidente de Mozambique, Joaquim Chissano.
