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Lula prepara la economía para la llegada de Dilma Rousseff a la presidencia de Brasil

Lula da Silva, el presidente brasileño, quiere dejar bien abonado el campo de la economía para cuando su sucesora, Dilma Rousseff, tome posesión de su cargo el próximo 1 de enero. En este sentido, las iniciativas que ha tomado durante este mes el todavía mandatario de Brasil están encaminadas a restringir el crédito de los bancos para, de esta forma, contener la inflación. Una decisión que podría llegar a ser tremendamente impopular, pues eliminará dinero del sistema financiero y desalentará las compras a largo plazo de los consumidores. Lula da Silva, el presidente brasileño, quiere dejar bien abonado el campo de la economía para cuando su sucesora, Dilma Rousseff, tome posesión de su cargo el próximo 1 de enero. En este sentido, las iniciativas que ha tomado durante este mes, el todavía mandatario de Brasil, están encaminadas a restringir el crédito de los bancos para, de esta forma, contener la inflación. Una decisión que podría llegar a ser tremendamente impopular, pues eliminará dinero del sistema financiero y desalentará las compras a largo plazo de los consumidores.

El gobierno de Brasil anunció a comienzos de diciembre una elevación del encaje bancario como herramienta para frenar el aumento del crédito y la expansión del consumo, a los que se atribuye el repunte de la inflación. En este sentido, el Banco Central del país, con el ‘beneplácito’ de Lula da Silva, anunció que iba a elevar las exigencias de reservas sobre depósitos a plazo a un 20% frente a un 15% anterior, y de los depósitos en efectivo a un 12% desde un 8%.

Esta decisión podría ser tremendamente impopular, pues eliminará unos 61 millones de reales brasileños del sistema financiero y desalentará la compra de cuotas a largo plazo por parte de los consumidores. Es aquí donde puede radicar el porqué da Silva ha tomado esta iniciativa en el último mes de su mandato. Esto podría proteger las espaldas de Dilma Rousseff frente al sistema financiero del país, el que podría resultar más perjudicado.

De hecho, la impopularidad de esta iniciativa ya podría sentirse. La federación nacional de bancos, conocida como Febraban, ha realizado una encuesta en la que han participado más de treinta instituciones financieras del país. En este estudio, realizado con una periodicidad mensual, se demuestra que los bancos brasileños esperan que durante el año que viene la expansión de sus carteras de crédito sea mucho menor de la que inicialmente preveían.

En efecto, en la encuesta publicada en noviembre, los bancos locales esperaban que su cartera de crédito creciera en un 18,5% durante el próximo año. Sin embargo, en el cuestionario correspondiente a este mes se muestra que las instituciones financieras prevén que su cartera de créditos avance en un 17,8% durante 2011.

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