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Lula ayuda a Portugal Telecom a encontrar una buena alternativa en Brasil

Portugal Telecom entrará en el capital de Oi, operadora controlada por el Estado brasileño, después de haber recibido el visto bueno del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. La compañía lusa, que finalmente ha decidido vender su participación en Vivo a Telefónica, consigue de este modo mantener su presencia en Brasil, una de las demandas del Ejecutivo de Porrugal. Portugal Telecom entrará en el capital de Oi, operadora controlada por el Estado brasileño, después de haber recibido el visto bueno del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. La compañía lusa, que finalmente ha decidido vender su participación en Vivo a Telefónica, consigue de este modo mantener su presencia en Brasil, una de las demandas del Ejecutivo de Porrugal.

Telefónica y Portugal Telecom alcanzaron hoy el acuerdo de compraventa de Vivo tras dos meses de negociaciones. Con esta operación, la compañía española pasa a tener el control absoluto de la operadora brasileña, que prevé fusionar con su negocio de telefonía fija y banda ancha, Telesp. Además, se convierte en el líder indiscutible del mercado de las telecomunicaciones del país latinoamericano, tanto por clientes, como por ingresos y Ebitda.

El precio finalmente acordado es de 7.500 millones de euros y supone un valor presente de 7.300 millones de euros. En concreto y según ha explicado Telefónica a la CNMV, Telefónica satisfará el importe mediante pago aplazado del 40% del precio acordado. 4.500 millones de euros se pagarán al cierre de la operación, 1.000 millones el 30 de diciembre de 2010 y los 2.000 millones de euros restantes, el 31 de octubre de 2011, si bien Portugal Telecom puede solicitar que este último pago se adelante al 29 de julio de 2011, lo que supondría reducir el importe en unos 25 millones de euros.

El grupo que preside César Alierta afirma además que la oferta está cerrada, de manera tal que no existe ya compromiso alguno en relación a las mejoras adicionales que contemplaban las anteriores ofertas, como comprometerse a pagar otros 52,8 millones de euros en concepto de dividendo no distribuido de 2009 más, en su caso, otra cantidad a determinar por la liquidación de las comisiones de gestión de la operadora brasileña. Telefónica también concedía a PT (o a un tercer inversor que la portuguesa designara) una opción de compra sobre el 10% que Telefónica posee en la operadora lusa.

60 días. El acuerdo de compraventa, que se alcanzó anoche y ha sido firmado hoy por sendos consejos de administración, establece que la operación esté cerrada en un plazo no superior a 60 días, un periodo en el que Telefónica confía en obtener la autorización de las autoridades brasileñas. Una vez concluida la venta, ambas compañías disolverán Brasicel pero iniciarán conversaciones para formalizar una alianza industrial que comprenda áreas como I+D, prestación conjunta de servicios o el apartado de compras, pese a que serán competidoras en Brasil.

Adicionalmente a la adquisición del paquete de PT en Brasilcel, holding que posee un 60% de Vivo, Telefónica presentará una oferta pública de adquisición sobre las acciones ordinarias de Vivo que no son titularidad de Brasilcel y que representan, aproximadamente, el 3,8% del capital social de Vivo, por unos 800 millones de euros. El acuerdo entre Telefónica y PT pone fin a meses de tensas negociaciones, en los que los gestores de la operadora portuguesa han conseguido que Telefónica incrementara progresivamente su oferta, desde los 5.700 millones que ofreció el pasado 6 de mayo a los 7.500 millones.

Telefónica no tendrá problemas para hacer frente a este desembolso. La operadora ha cerrado el préstamo de 8.000 millones que negociaba con varios bancos, bajo la coordinación de Citigroup. El crédito se divide en dos tramos. La mayor parte, 5.000 millones, tiene un vencimiento a tres años, y un margen de 65 puntos básicos sobre el Euríbor. El segundo, de 3.000 millones, está suscrito a cinco años, a un interés de 80 puntos básicos sobre el interbancario.

Portugal Telecom destinará la mitad de la inyección que recibirá de Telefónica para adquirir un 22,38% de la compañía brasileña Oi. En concreto pagará 8.400 millones de reales brasileños (unos 3.700 millones de euros). Este acuerdo incluye además la posibilidad de que Telemar (sociedad que controla al grupo Oi) pueda adquirir una participación de hasta el 10% en el operador portugués. Los analistas creen que Portugal Telecom ha pagado un precio excesivo. BPI por ejemplo cifra este sobreprecio en 1.200 millones de euros.

PT podría destinar los fondos restantes a mejorar su estructura financiera e incluso a abonar un dividendo extra entre sus accionistas, según han apuntado varias casas de análisis. Sin embargo, el presidente de la operadora, Zeinal Bava, afirmó en rueda de prensa, que el consejo aún no ha decidido en qué emplearán estos fondos. Berstein cree que el dividendo extraordinario podría ser de un euro por acción, una de las propuestas que lanzó Telefónica hace varias semanas, cuando la junta de PT aún no se había pronunciado sobre la oferta. En el caso de que se produjera finalmente, la compañía española recibiría cerca de 80 millones de euros, por su condición de accionista.

También el Estado luso sería uno de los beneficiados por partida doble. No sólo es accionista de PT a través de la Caixa Geral de Depósitos, que controla un 7,3% de la operadora, sino que además engordaría sus arcas con la recaudación de impuestos. Estos rumores también animaron la cotización del principal accionista de PT, Banco Espirito Santo, cuyas acciones llegaron a revalorizarse un 5%.

Tras el anuncio, las acciones de Telefónica subieron cerca de un 1% frente a un Ibex que se movía plano. Mientras, los títulos de Portugal Telecom se apreciaron más de un 6%, Oi avanzaba más de un 10% y Vivo un 13%.

Telecom Italia también sacó partido hoy en Bolsa con la operación, donde el valor de sus acciones llegó a repuntar un 3%. Según los expertos, el alto precio pagado por Telefónica y la posibilidad de que Portugal Telecom destine 3.500 millones para entrar en el capital de Oi (diez veces su Ebitda) podrían revalorizar los activos brasileños de la operadora italiana, es decir, de TIM Brasil.

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