Los trabajadores de una planta de General Motors en Brasil han decidido iniciar movimientos de protestas para reclamar un alza salarial. Concretamente, han iniciado una huelga para exigir un 17,45% más de retribución, lo que supone un incremento real del 9,4% con respecto al cálculo de la inflación, que en el país sudamericano se ha disparado hasta un 7,2%. En el fondo del conflicto se sitúa el enfriamiento de la economía brasileña. Los trabajadores de una planta de General Motors en Brasil han decidido iniciar movimientos de protestas para reclamar un alza salarial. Concretamente, han iniciado una huelga para exigir un 17,45% más de retribución, lo que supone un incremento real del 9,4% con respecto al cálculo de la inflación, que en el país sudamericano se ha disparado hasta un 7,2%. En el fondo del conflicto se sitúa el enfriamiento de la economía brasileña.
La caída de la demanda en Brasil y la ralentización de la producción de coches, ya que las empresas están dando salida a los stocks que ya tienen completados, han afectado levemente a las empresas y han llevado a los trabajadores a protestar por el estado de su situación laboral. El sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de Sao Jose dos Campos ha informado de que la empresa ha ofrecido un incremento del 2% salarial a los trabajadores.
Algunas voces apuntan a que la huelga podría ser un antecedente de más problemas laborales en el sector automotriz provocados por la desaceleración en que ha entrado la economía brasileña. Con una demanda que se ha estancado y un enorme inventario de vehículos a los que dar salida, la producción de las empresas como General Motors se ha ralentizado y ello podría preludiar problemas sindicales en un futuro cercano.
Desde General Motors se ha evitado hacer comentarios sobre la huelga o las posibles negociaciones con los trabajadores. La economía brasileña está experimentando este año un “enfriamiento” después de haber crecido a alrededor de un 7% el año pasado. Para este curso, se espera un crecimiento del 4%.
