Los cinco principales sindicatos argentinos han convocado una manifestación contra la actual situación laboral del país. En un adelanto al 1 de mayo exigirán al presidente Maurico Macri mejores salarios y pensiones y se quejarán de los despidos del sector público. Los cinco principales sindicatos argentinos han convocado una manifestación contra la actual situación laboral del país. En un adelanto al 1 de mayo exigirán al presidente Maurico Macri mejores salarios y pensiones y se quejarán de los despidos del sector público.
En concreto, saldrán a la calle las tres organizaciones en las que se dividió la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) en lo que será una movilización histórica según Hugo Yasky, dirigente de la CTA original.
Como recuerda la prensa latinoamericana, no es la primera vez que el mandatario se enfrenta a una movilización de este estilo aunque si la primera de semejante magnitud. Los despidos públicos (que algunos cifran en más de 7.000 y los más pesimistas en 25.000) han sido detonantes de estas movilizaciones que reúnen a los sindicatos argentinos tras cierta separación entre ellos.
Desde el Ejecutivo quitan hierro al asunto y aseguran que los trabajadores despedidos o no tenían una tarea específica o pertenecían al anterior Ejecutivo. Marcos Peña, jefe del Gabinete ha remarcado que “no hay un proceso de destrucción de empleo en el país”, mientras que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, ha manifestado que existe una “herencia muy pesada” de la era Kirchner.
La huelga coincide con la junta de accionistas de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), en la que se aprobará el balance del año pasado y se autorizará aumentar de 8.000 a 10.000 millones de dólares el programa de obligaciones negociables de la empresa. También se oficializará la salida de Miguel Galuccio de la Presidencia de la petrolera estatal al que sustituirá Miguel Gutiérrez.
