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Los principales partidos de la oposición plantan a Piñera y le dejan solo ante los estudiantes chilenos

De entre todos los frentes abiertos (ecologistas, mineros, inestabilidad gubernamental, etc.) que tiene el presidente chileno Sebastián Piñera, el estudiantil es el que ha cobrado más actualidad informativa en los últimos tiempos. Con 36 jóvenes en huelga de hambre y masivas manifestaciones en todo el país que reclaman una mejora de la educación pública, regida por un obsoleto sistema heredado del pinochetismo, un hostigado Piñera se ha visto obligado a llamar a la unidad política en Chile para enfrentarse al problema. Sin embargo, la Concertación, el grupo opositor, le ha plantado en La Moneda y le deja en la más completa soledad frente al enquistado conflicto. De entre todos los frentes abiertos (ecologistas, mineros, inestabilidad gubernamental, etc.) que tiene el presidente chileno Sebastián Piñera, el estudiantil es el que ha cobrado más actualidad informativa en los últimos tiempos. Con 36 jóvenes en huelga de hambre y masivas manifestaciones en todo el país que reclaman una mejora de la educación pública, regida por un obsoleto sistema heredado del pinochetismo, un hostigado Piñera se ha visto obligado a llamar a la unidad política en Chile para enfrentarse al problema. Sin embargo, la Concertación, el grupo opositor, le ha plantado en La Moneda y le deja en la más completa soledad frente al enquistado conflicto.

El titular de Educación, Felipe Bulnes, ha rechazado una propuesta de los estudiantes para iniciar un diálogo en el que estuvieran presentes todas las partes implicadas, incluyendo a alumnos y profesores y al propio ministro. Mientras el Gobierno se niega a iniciar un acercamiento de posiciones, decenas de centros educativos continúan en huelga en todo el país y la preocupación es mayor porque peligra el año escolar para miles de estudiantes. Además, 36 menores de edad se mantienen en huelga de hambre como medida de presión ante el Gobierno.

En este clima de crispación, un desesperado Piñera ha realizado un llamamiento al resto de partidos del espectro político chileno para «enfrentarse juntos a este tremendo desafío que es mejorar la calidad, la equidad, el acceso y el financiamiento de la educación». El presidente había convocado a la Concertación, principal bloque opositor, a una reunión en La Moneda con el fin de acercar posiciones. Una invitación que finalmente su rival político ha decidido rechazar, dejando a Piñera plantado en el último momento y, lo que es peor, en la más completa soledad ante el problema estudiantil.

El sistema educativo chileno ha sido heredado por la democracia de la dictadura de Augusto Pinochet y mantiene unas elevadas tasas que impiden a los estudiantes con menos recursos acceder a la educación superior. Si lo hacen, deben soportar varios años de alto endeudamiento para poder pagar sus estudios. Piñera, hostigado por las protestas, prometió hace dos semanas un fondo de 4.000 millones de dólares para mejorar la educación y un aumento de las becas, algo que los estudiantes rechazaron ya que consideran que la propuesta no afecta al modelo de base. Reclaman que el propio sistema educativo sea reformado por entero.

Piñera vive desde hace meses un auténtico calvario al frente del gobierno chileno. Después de alcanzar altas cotas de popularidad por el rescate de los mineros sepultados en la mina San José y el consenso que generó su voluntad de reconstrucción tras el terremoto de 2010, dos hechos que marcaron el primer año de su mandato, ahora Piñera vive en continua guerra con la sociedad civil chilena. Estudiantes, mineros y ecologistas son la parte visible de un amplio movimiento ciudadano que cada vez mira con más desconfianza al mandatario y desaprueba su gestión, como muestran el último sondeo hecho público por Adimark. Las presión de los estudiantes puede contribuir aún más a esa caída de Piñera, cuya popularidad se mantiene en un depauperado 31%, en los sondeos.

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