La intentona del presidente de Perú, Ollanta Humala, de terminar con las protestas campesinas de Cajamarca, no han dado los frutos esperados. El mandatario decidió paralizar el proyecto minero de Conga para terminar con los conflictos en la urbe peruana, pero para los habitantes del lugar esta medida no ha resultado suficiente y piden que se anule por completo. La intentona del presidente de Perú, Ollanta Humala, de terminar con las protestas campesinas de Cajamarca, no han dado los frutos esperados. El mandatario decidió paralizar el proyecto minero de Conga para terminar con los conflictos en la urbe peruana, pero para los habitantes del lugar esta medida no ha resultado suficiente y piden que se anule por completo.
Las asociaciones y el Gobierno regional de Cajamarca, gobernado por el partido izquierdista del Movimiento de Afirmación Social (MAS), han pedido a Humala que redacte una ley que impida que se desarrolle este proyecto en el futuro.
Gregorio Santos, gobernador de Cajamarca, ha asegurado que la población no dejará de manifestarse hasta que el Ejecutivo declare inviable el proyecto, ya que según aseguran los campesinos esta explotación afecta de forma negativa a sus comunidades, ya que desaparecerían importantes fuentes de agua, un bien utilizado para regar sus cosechas. En concreto se secarían cuatro lagunas, bajo las cuales hay oro y cobre.
La minera Yanacocha, encargada del proyecto, ya decidió hace unos días, bajo petición expresa del Gobierno, poner fin por el momento a Conga y terminar de este modo con las protestas, situación que finalmente no se ha producido.
Santos considera que el anuncio de Yanacocha, de paralizar Conga, es un simulacro y que la policía peruana hirió a un total de 18 personas durante la represión de una manifestación.
