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Los estudiantes chilenos doblan su apuesta anti-Piñera

El litigio entre los estudiantes chilenos y el presidente conservador del país, Sebastián Piñera, se agrava aún más. Miles de jóvenes se han reunido en las principales ciudades del país para emprender una tercera marcha contra la actual situación del sistema educativo de Chile y a favor de la educación pública. Las dos primeras movilizaciones congregaron a cientos de miles de personas en todo Chile, por lo que el impacto sobre la devaluada popularidad de Piñera de esta nueva manifestación puede desgastar aún más al presidente a ojos de la ciudadanía. El litigio entre los estudiantes chilenos y el presidente conservador del país, Sebastián Piñera, se agrava un poco más. Miles de jóvenes se han reunido en las principales ciudades del país para emprender una tercera marcha contra la actual situación del sistema educativo de Chile y a favor de la educación pública. Las dos primeras movilizaciones congregaron a cientos de miles de personas en todo Chile, por lo que el impacto sobre la devaluada popularidad de Piñera de esta nueva manifestación puede desgastar aún más al presidente a ojos de la ciudadanía.

El sistema educativo chileno ha sido heredado por la democracia de la dictadura de Augusto Pinochet y mantiene unas elevadas tasas que impiden a los estudiantes con menos recursos acceder a la educación superior. Si lo hacen, deben soportar varios años de alto endeudamiento para poder pagar sus estudios. Piñera, hostigado por las protestas, prometió un fondo de 4.000 millones de dólares para mejorar la educación y un aumento de las becas, algo que los estudiantes han rechazado ya que consideran que la propuesta no afecta al modelo de base. Reclaman que el propio sistema educativo sea reformado por entero.

La popular líder estudiantil chilena Camila Vallejo ha señalado a los medios que la propuesta de Piñera «es una política continuista, que es más de lo mismo, por lo que reforzamos nuestra convocatoria a avanzar hacia un ‘gran acuerdo social por la educación'». Las dos marchas anteriores, celebradas el 14 y el 30 de junio, alcanzaron cifras de 80.000 personas movilizadas, por lo que su impacto ciudadano es masivo, al igual que su repercusión sobre la imagen de Piñera.

Los conflictos con los mineros de Codelco, cuyo paro masivo realizado esta semana ha sido el colofón a un largo periodo de desencuentros con el Gobierno, y las protestas estudiantiles han terminado de darle la puntilla al presidente, cuya popularidad ha caído, según datos de la empresa Adimark, hasta un depauperado 31%. Como recoge la misma encuesta, además, el 60% de los entrevistados desaprueba la gestión del presidente conservador. Ambos datos vuelven a batir récords en mala valoración ciudadana desde que retornó la democracia a Chile en 1990.

Piñera vive desde hace meses un auténtico calvario al frente del gobierno chileno. Después de alcanzar altas cotas de popularidad por el rescate de los mineros sepultados en la mina San José y el consenso que generó su voluntad de reconstrucción tras el terremoto de 2010, dos hechos que marcaron el primer año de su mandato, ahora Piñera vive en continua guerra con la sociedad civil chilena. Estudiantes, mineros y ecologistas son la parte visible de un amplio movimiento ciudadano que cada vez mira con más desconfianza al mandatario y desaprueba su gestión, como muestran el último sondeo hecho público por Adimark. Las presión de los estudiantes puede contribuir aún más a esa caída de Piñera en los sondeos.

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