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Los especuladores optan por una retirada táctica y el real brasileño se deprecia

Dilma Rousseff ha conseguido lo que buscaba con la aplicación de un impuesto a los derivados financieros: la devaluación del real. El mismo día en que su ministro de Economía, Guido Mantega, anunció la creación de la tasa, la moneda brasileña se desvalorizaba un 2%, su mayor caída porcentual en más de un año. Es decir, los especuladores han replegado posiciones. «Están apostando que el dólar se va a depreciar y ganan cuando eso sucede. Es como si ejercieran una presión vendedora. La medida dificulta la especulación», señaló Mantega ante los medios. El gran reto del Gobierno brasileño es ahora mantener constante esa devaluación del real. Dilma Rousseff ha conseguido lo que buscaba con la aplicación de un impuesto a los derivados financieros: la devaluación del real. El mismo día en que su ministro de Economía, Guido Mantega, anunció la creación de la tasa, la moneda brasileña se desvalorizaba un 2%, su mayor caída porcentual en más de un año. Es decir, los especuladores han replegado posiciones. «Están apostando que el dólar se va a depreciar y ganan cuando eso sucede. Es como si ejercieran una presión vendedora. La medida dificulta la especulación», señaló Mantega ante los medios. El gran reto del Gobierno brasileño es ahora mantener constante esa devaluación del real.

El fortalecimiento del real se ha convertido en un auténtico problema en Brasil, ya que afecta negativamente a la capacidad exportadora de la industria nacional y reduce la competitividad de las compañías brasileñas en relación al extranjero. Por ello, Dilma Rousseff anunciaba esta una drástica medida: desde este momento, el país aplicará un impuesto, que puede alcanzar una gran intensidad, a los derivados cambiarios que especulen sobre la valorización de la moneda. El objetivo es “enfriar” la fortaleza del real, que el martes alcanzó la mayor cotización en doce años. Y el primer efecto, inmediatamente después del anuncio, ha sido el deseado.

Además, Mantega ha informado de que Brasil pondrá en marcha medidas regulatorias que acompañen a la entrada en vigor del impuesto. Como ha anunciado el ministro, el Consejo Monetario Nacional «estará autorizado a regular el mercado de capitales derivados”, a través de la concesión al organismo de “poderes adicionales” que reafirmen su control sobre el mercado financiero. Concretamente, Mantega afirmó que todas las operaciones que se realicen desde este momento, incluidas aquellas que se llevan a cabo a través de intermediación, deberán ser registradas para garantizar la transparencia.

En los últimos días, el real ha cotizado 1,567 unidades por dólar, una cifra histórica (es la más alta de los últimos doce años) que muestra el fortalecimiento del real en un país con una alta tasa de interés que busca frenar, a su vez, la inflación, el gran fantasma a que se enfrenta Rousseff desde que sucediera a Lula da Silva al frente del timón del gigante sudamericano. Con un crecimiento de los precios del 6,75% (lo deseable para el Gobierno sería un 4,5%), la buena marcha del real ha ido restando competitividad a los empresarios exportadores brasileños, que han presionado a Rousseff para que tomara medidas ante el riesgo de “sobrecalentamiento” de la economía brasileña y de que puestos de trabajos estén en peligro por ello.

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