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Los empresarios del Mercosur, preocupados por el plan brasileño de estímulo a la industria

El primer efecto en la región latinoamericana, producido por el anuncio del plan de estímulo que Dilma Rousseff ha puesto en marcha en Brasil para impulsar su industria, ha sido el de poner sobre la mesa el debate de si el gigante sudamericano está virando hacia el proteccionismo o no. Una preocupación que ha cundido entre los miembros argentinos pertenecientes al Foro de Empresarios del Mercosur, que se han reunido con Cristina Fernández, presidenta de Argentina, para analizar la situación y expresar sus dudas sobre el nuevo rumbo que pueden tomar las relaciones bilaterales, tras la implementación del ambicioso plan de Dilma. El primer efecto en la región latinoamericana, producido por el anuncio del plan de estímulo que Dilma Rousseff ha puesto en marcha en Brasil para impulsar su industria, ha sido el de poner sobre la mesa el debate de si el gigante sudamericano está virando hacia el proteccionismo o no. Una preocupación que ha cundido entre los miembros argentinos pertenecientes al Foro de Empresarios del Mercosur, que se han reunido con Cristina Fernández, presidenta de Argentina, para analizar la situación y expresar sus dudas sobre el nuevo rumbo que pueden tomar las relaciones bilaterales, tras la implementación del ambicioso plan de Dilma.

Dentro del ambicioso programa, el punto que más ampollas ha levantado es el de que las empresas brasileñas puedan tengan ventaja sobre las foráneas y puedan ganar las licitaciones ofertando un 25% más que sus competidoras del extranjero. Algo que ha causado una honda preocupación entre los empresarios del Mercosur, y especialmente sobre los argentinos, cuyo comercio con Brasil es una parte importante de su prosperidad y base del crecimiento del país.

Cristina Fernández ha prometido a los empresarios que la han visitado (de, entre otros, Grupo Fiat, Banco Macro, IMPSA o Grupo Cometrans) que su Gobierno hará todo lo posible para proteger a la industria argentina ante las medidas brasileñas. De hecho, otro de los puntos impulsados por Dilma es el del control de las importaciones, principalmente dirigido a frenar la entrada masiva de productos chinos en Brasil, pero que también podría afectar a los argentinos.

El ministro de Industria, Desarrollo y Comercio Exterior de Brasil, Fernando Pimentel, se ha apresurado a aclarar ante los medios que el plan “Un Brasil más grande” no es proteccionista, sino que, en opinión del Gobierno brasileño, será positivo incluso para el Mercosur. “Los países del Mercosur serán beneficiados por el plan, que prevé el pago por el Gobierno de hasta 25% más en la compra de bienes que tengan el 40% de su contenido en productos brasileños o el certificado de origen del Mercosur”, ha señalado el ministro, intentando calmar la inquietud que se ha desatado entre el resto de países de la región.

Respecto a la industria argentina, Pimentel ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad, especialmente dirigido al clave sector automovilístico. «Esta política respetará los acuerdos automotrices con México y la Argentina, e incluso Argentina se beneficiará porque las cadenas productivas están integradas», ha señalado Pimentel, quien también ha querido dejar claro que los países del Mercosur podrán seguir comerciando con Brasil sin problemas. Sin embargo, como primer episodio en un larga historia que aún está por escribirse, los empresarios de los países miembros contemplan con inquietud los acontecimientos.

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