Que el Congreso de los Diputados de Guatemala haya dado vía libre a la manipulación genética de vegetales no ha sentado nada bien a los campesinos e indígenas del país. De ahí que hayan cogido pancartas y megáfonos y se hayan lanzado a la calle para protestar por la llamada ‘Ley Monsanto’. Que el Congreso de los Diputados de Guatemala haya dado vía libre a la manipulación genética de vegetales no ha sentado nada bien a los campesinos e indígenas del país. De ahí que hayan cogido pancartas y megáfonos y se hayan lanzado a la calle para protestar por la llamada ‘Ley Monsanto’.
Las movilizaciones han llevado a las asociaciones de campesinos e indígenas hasta Ciudad de Guatemala, la capital del país. Se quejan de que la ley permite a cualquiera patentar nuevas semillas usando como base los elementos genéticos de por lo menos 15 de los principales cultivos del país, entre ellos el maíz.
Mash Mash, miembro del Consejo de Pueblos de Occidente ha asegurado que con esta legislación se le entrega a las Transnacionales “el control de la alimentación de los pueblos, el control de la soberanía y la seguridad alimentaria de todos los pueblos”.
Este proyecto hace crecer la preocupación entre los trabajadores del sector, que consideran que la multinacional estadounidense será la más beneficiada de todo esto. “El pueblo maya se terminará cuando Monsanto privatice nuestro maíz”, han asegurado algunos de los agricultores que se manifestaban en la capital
Debido al Tratado de Libre Comercio que tiene Guatemala con EEUU, en cierta medida, el país latinoamericano se ha visto ‘empujado’ a llevar al Congreso de los Diputados esta legislación. En cualquier caso, los campesinos ya han impugnado la decisión de los diputados ante el Tribunal de Constitucionalidad.