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Los anticastristas de Miami presionan a la constructora brasileña Odebrecht

Una curiosa alianza entre los restos del ‘anticastrismo’ furibundo y ciertos grupos empresariales de Florida ha elevado su apuesta para intentar bloquear los negocios en EEUU de la constructora brasileña, Odebrecht. De momento, han sacado adelante una proposición de Ley que impide al Gobierno del estado adjudicar contratos a empresas que mantengan relaciones con países enemigos, como Cuba o Irán. Una curiosa alianza entre los restos del ‘anticastrismo’ furibundo y ciertos grupos empresariales de Florida ha elevado su apuesta para intentar bloquear los negocios en EEUU de la constructora brasileña, Odebrecht. De momento, han sacado adelante una proposición de Ley que impide al Gobierno del estado adjudicar contratos a empresas que mantengan relaciones con países enemigos, como Cuba o Irán.

El texto parece escrito, según algunos comentaristas de Miami, para impedir que la filial de la empresa brasileña en Florida continúe con su floreciente actividad en la zona lo que incluye, según una información publicada hoy por el ‘Miami Herald’ la construcción de la Terminal Norte del Aeropuerto Internacional de Miami, el Centro Adrienne Arsht de Artes Escénicas, la AmericanAirlines Arena y el estadio de la Universidad Internacional de la Florida, entre otros edificios emblemáticos.

Hasta ahora, Odebrecht USA ha compatibilizado estos trabajos con algunos relevantes contratos en Cuba, país en el que forma parte de la vanguardia del desembarco brasileño en la región. Quizá la obra más emblemática de la que se encarga en la mayor de las Antillas es la expansión del puerto del Mariel. Un verdadero símbolo para algunos disidentes.

Aún así, la propias filas republicanas, el partido que ha impulsado la norma, aparecen divididas y algunas relevantes figuras parecen esperar que Washington bloquee su aplicación, lo que podría hacer, en opinión de algunos juristas, con las atribuciones que le concede la posición de árbitro de la política exterior que emana del orden constitucional.

Algunos observadores, sin embargo, consideran que se trata de un movimiento estratégico de los republicanos. Querrían poner a Obama en la tesitura de respaldar abiertamente a una empresa que hace negocios con Cuba. Piensan que así socavarían su base electoral. Sobre todo porque no han olvidado que el actual inquilino de la Casa Blanca ganó, casi con comodidad, en Florida en las últimas presidenciales.

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