Muchas empresas argentinas se han decidido a invertir en el exterior para reducir su factura fiscal. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la Inversión Extranjera Local (IED) de las firmas nacionales creció un 81% hasta llegar a los 1.149 millones de dólares (815 millones de euros). Esta cifra consolida a Argentina en el cuarto puesto del ranking latinoamericano de empresas que buscan hacer negocio fuera de sus fronteras. Muchas empresas argentinas se han decidido a invertir en el exterior para reducir su factura fiscal. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la Inversión Extranjera Local (IED) de las firmas nacionales creció un 81% hasta llegar a los 1.149 millones de dólares (815 millones de euros). Esta cifra consolida a Argentina en el cuarto puesto del ranking latinoamericano de empresas que buscan hacer negocio fuera de sus fronteras.
Compañías del sector informático y de la agricultura son las que más se han lanzado a invertir en el exterior para expandir sus negocios. Estas empresas, entre otras, han invertido 815 millones de euros en llevar su negocio fuera del país. De este modo, Argentina se convierte en la cuarta nación del subcontinente que más empresas ha llevado al exterior, por debajo de Brasil, Mexico y Chile.
Sin embargo, a diferencia de estos países, las firmas locales no cuentan con estímulos oficiales para consolidar sus inversiones en el exterior. Ricardo Rozemberg, investigador del tema del Centro Ideas de la UNSAM (Universidad Nacional de San Martín), destacó que hay un incipiente dinamismo del proceso inversor de firmas argentinas en terceros países, que en general se trata de un efecto ‘crowding in’,es una situación en la que la capacidad de inversión de las empresas se reduce debido a la deuda pública.
Para el especialista, son por lo menos tres los motivos que llevan a las empresas a decidir una estrategia de internacionalización productiva: abastecer el mercado de destino en condiciones más competitivas, aprovechar la existencia de recursos críticos (mano de obra barata o abundancia de recursos naturales) o especializarse en un tipo de proceso o producto que permita ganar en eficiencia respecto a la producción concentrada en un solo país.
Un claro ejemplo de firmas que invierten en otros países es la empresa agropecuaria Los Grobo. La compañía he hecho un desembolso de 15 millones de dólares (110 millones de euros) en Brasil, Uruguay y Paraguay.
En la actualidad hay unas 80 empresas del sector que exportan a más de 30 países, pero sólo 25 poseen competitividad global. Para muchas, invertir en fabricar y ensamblar en el exterior es la única manera de acceder a mercados grandes y muy protegidos, como el brasileño. Este es un factor determinante, ya que en Brasil, si la máquina no tiene el 70% de componentes nacionales, no se vende, apuntó Mario Bragachini, especialista en mecanización agrícola y coordinador del proyecto de Agricultura de Precisión del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Otro del sector clave es el software. Según Carlos Pallotti, consultor y ex presidente de la CESSI, la cámara sectorial, hay más de 300 filiales de empresas del sector, radicadas en los países americanos, en Europa, e incluso en China, Japón y Australia.
Una de estas firmas es Globant, con 2.400 empleados distribuidos en cinco oficinas en Argentina y filiales en Londres, California, Boston, Montevideo y Bogotá.