Tras la catástrofe bursátil de ayer, los inversores han recuperado la confianza en las principales Bolsas de América Latina. Pese a que hay que esperar, dada la volatilidad y fragilidad imperante en los mercados y ante la posibilidad de una nueva recesión económica, lo cierto es que el particular “lunes negro” vivido por los parquets latinoamericanos se ha dado la vuelta para dejar, al cierre de esta edición, todos los índices en verde. Tras la catástrofe bursátil de ayer, los inversores han recuperado la confianza en las principales Bolsas de América Latina. Pese a que hay que esperar, dada la volatilidad y fragilidad imperante en los mercados y ante la posibilidad de una nueva recesión económica, lo cierto es que el particular “lunes negro” vivido por los parquets latinoamericanos se ha dado la vuelta para dejar, al cierre de esta edición, todos los índices en verde.
Si ayer el índice industrial Dow Jones de la bolsa de valores de Nueva York perdía un 5,55%, la situación, a la espera de que finalice la reunión que mantiene la Reserva Federal de EEUU y del anuncio que pueda realizar, ha dado hoy un giro de 180 grados. El parquet neoyorkino ha alcanzado hoy alzas de más del 3% y se sitúa en este momento en el 1,43%, lo que ha facilitado la recuperación de las Bolsas del subcontinente.
No en vano, la Bolsa de Valores de Sao Paulo en Brasil caía ayer, arrastrada por la debacle mundial de los mercados, un 8,8%, el índice IPC de la Bolsa Mexicana de Valores reportó un descenso de 5,88%, el IPSA de Chile fue de -6,92% y el Merval de Buenos Aires, el que más caía, de dejaba un 10,7% en la primera jornada de la semana.
A esta hora, los mercados se han dado de la vuelta y parecen querer recuperar lo perdido ayer. A esta hora Sao Paulo gana un 4,12%, Ipsa un 6,30%, la mexicana BMV un 2,39% y el Merval un 3,63%. Sin embargo, lejos de ser coyuntural, parece que el temor que impulsó ayer a la Bolsa de Nueva York hacia la caida tiene visos de mantenerse, si el Tesoro de EEUU y Europa no lo evitan, durante algún tiempo más.
Lo cierto es que el miedo a la recesión, y a que se repita el escenario de 2008, además de la desconfianza de los inversores a las medidas politico economicas que están adoptando EEUU y Europa, suponen un escenario que será dificil dejar atrás. La respuesta de los parques latinoamericanos es consecuencia de ese temor mundial, una reacción natural y esperada cuando se tiene en cuenta que una eventual recesión afectaría a todas las economías del mundo.
