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La OIT asegura que el empleo aún tardará cinco años en recuperarse en España

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha publicado hoy un informe sobre el mercado laboral en el que revela que la situación de España no es nada halagüeña. Según esta institución, el empleo no alcanzará las cotas previas a la crisis económica hasta 2016, algo para lo que además se necesitarán otros 2,3 millones de empleos. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha publicado hoy un informe sobre el mercado laboral en el que revela que la situación de España no es nada halagüeña. Según esta institución, el empleo no alcanzará las cotas previas a la crisis económica hasta 2016, algo para lo que además se necesitarán otros 2,3 millones de empleos.

En el ‘Informe sobre Trabajo en el Mundo 2011’, la OIT advierte además de que la situación del empleo podría verse afectada por el deterioro de las perspectivas económicas mundiales que se ha producido desde 2010, ya que los indicadores muestran que “el crecimiento del empleo ya ha empezado a reducirse en muchos países”.

Por ello, la agencia de Naciones Unidas ha plasmado en su informe una serie de sugerencias para que se incentive la creación de empleo en España, algo para lo que considera “crucial” fomentar la inversión productiva y el apoyo a las pymes, aunque asegura que antes habrá que hacer frente a una serie de problemas estructurales subyacentes, como las restricciones de crédito.

Además, y debido a la mala situación de empleo que vive actualmente España, con casi cinco millones de parados, la atención debe centrarse también en los jóvenes y los trabajadores temporales, que son los que se han visto afectados por la crisis “de forma desproporcionada”.

En este sentido, la OIT propone aplicar un plan de choque para mejorar las perspectivas del empleo juvenil y un ajuste de las políticas en materia de educación, competencias profesionales y formación al nuevo modelo de crecimiento, así como promover las políticas activas de empleo. Junto a ello, sugiere que se preste el apoyo adecuado a los desempleados y que continúen los esfuerzos por reducir la temporalidad de los trabajadores, “promoviendo la creación de más y mejores empleos”.

También aboga por fomentar la inversión productiva y por establecer políticas salariales efectivas, bajo la idea de equiparar “el crecimiento de los salarios con el crecimiento de la productividad para fomentar la competitividad”, ya que “la efectividad de las políticas de fijación de salarios dependerá, en primer lugar, de los esfuerzos para reducir la inflación (ya que los salarios reales no han sido un obstáculo para la competitividad); y en segundo lugar, de la capacidad para revertir las limitaciones de la negociación colectiva en relación con las prácticas de fijación de salarios”.

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