Por octavo año consecutivo la industria argentina vuelve a sufrir escasez de gas, a pesar de los esfuerzos del Gobierno de Cristina Fernández por evitarlo. Los llamados “grandes usuarios”, alrededor de 300 empresas que consumen entre 10.000 y 130.000 metros cúbicos diarios de gas, han visto cómo desde el pasado sábado el suministro se ha limitado al mínimo técnico indispensable para que las plantas de producción puedan seguir funcionando. Las distribuidoras informaron de ello a las empresas y amenazaron con sanciones para aquellas que no siguieran las limitaciones impuestas. La escasez de gas con la llegada del frío se está convirtiendo en un problema crónico en la nación argentina. Por octavo año consecutivo la industria argentina vuelve a sufrir escasez de gas, a pesar de los esfuerzos del Gobierno de Cristina Fernández por evitarlo. Los llamados “grandes usuarios”, alrededor de 300 empresas que consumen entre 10.000 y 130.000 metros cúbicos diarios de gas, han visto cómo desde el pasado sábado el suministro se ha limitado al mínimo técnico indispensable para que las plantas de producción puedan seguir funcionando. Las distribuidoras informaron de ello a las empresas y amenazaron con sanciones para aquellas que no siguieran las limitaciones impuestas. La escasez de gas con la llegada del frío se está convirtiendo en un problema crónico en la nación argentina.
La llegada de una ola de frío al país austral, en pleno invierno, coincide con las reducciones y cortes del suministro de este combustible a las empresas con contratos, que pueden ser interrumpidos, decretadas por el Gobierno de Cristina Fernández, para asegurar el abastecimiento a la población ante el aumento de la demanda de las familias a causa de la fuerte bajada de las temperaturas.
Las alrededor de 300 empresas afectadas encaran pues otro invierno más, y ya son ocho, con restricciones en el abastecimiento de gas. Para hacer frente a la situación, varias industrias habían programado por adelantado parte de su producción para que no coincidiera con los cortes, o se plantean realizar paradas técnicas periódicas que permitan gestionar más eficientemente el escaso gas disponible. La medida afecta no sólo a las empresas con contratos interrumpibles, sino también a aquellas con contratos en firme. Sobre la opinión pública argentina también planea el miedo a que estos cortes puedan ocasionar problemas en el empleo.
Cada invierno, Argentina necesita alrededor de 125 millones de metros cúbicos de gas al día para abastecer a todo el país, de los que unos 80 son necesarios para el consumo de la población. Desde hace ya ocho años, cada invierno es necesario restringir el uso que las grandes industrias pueden hacer de esta materia prima para dejar espacio a que la ciudadanía reciba un adecuado abastecimiento.
La ola de frío polar que se ha abatido sobre el país ha complicado las cosas, ya que ha disparado la demanda de gas entre la población. El sábado se registró un récord de consumo de 19.229 megavatios y 81 millones de metros cúbicos de gas consumidos, mientras que el domingo el consumo de gas llegó a los 83 millones, cifras a las que el Estado no puede hacer frente sin recortar el suministro a la gran industria.
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