La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se encuentra en plena pérdida de popularidad debido a la gestión de la crisis económica que lleva a cabo. De hecho, el pasado mes de enero, según una encuesta de Datafolha la mandataria ha pasado de tener el 42% del apoyo de los brasileños al 23%. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se encuentra en plena pérdida de popularidad debido a la gestión de la crisis económica que lleva a cabo. De hecho, el pasado mes de enero, según una encuesta de Datafolha la mandataria ha pasado de tener el 42% del apoyo de los brasileños al 23%.
Sobre la valoración de la gestión de la mandataria frente al Ejecutivo, el 23% de los consultados la considera positiva, el 33% regular y el 44% pésima. La importancia de las cifras se nota al comprarlas con las de diciembre de 2014, cuando el 42% la apoyaba y la desaprobación era del 20%.
Según el analista político Patricio Navia, se dan varios factores para que los brasileños empiecen a dudar de Rousseff: los escándalos de Petrobras y la situación económica.
De hecho, según el Banco Central de Brasil (BCB) en este tiempo, la economía del país se ha contraído un 0,15% con respecto al año anterior. De confirmarse ese resultado con la publicación del Producto Interior Bruto (PIB) oficial en el próximo mes de marzo, sería el peor resultado económico para ese país desde 2009.
