Keiko Fujimori, lideresa del primer partido del Congreso peruano Fuerza Popular, ha publicó en sus redes sociales una carta escrita a mano en la que denuncia la que considera una detención «sin fundamentos jurídicos» y añade que ésta coincidió con «el momento en que voluntariamente me presentaba ante la Fiscalía».
Todo ello después de que un juez del país andino emitiese una orden de detención preliminar contra la excandidata presidencial e hija del expresidente Alberto Fujimori, por la cual se espera que permanezca detenida durante diez días mientras avanzan las investigaciones.
Y es que, según señala el diario El Comercio, Keiko está siendo investigada por un presunto delito de lavado de activos en torno a los aportes que recibió su partido en la campaña presidencial de 2011 por parte del gigante de la construcción brasileño Odebrecht, empresa que en los últimos años ha estado en el centro de un escándalo a escala regional por la concesión de sobornos a cambio de infraestructuras.
Así, de acuerdo con el Poder Judicial de Perú, la medida ha sido «dictada por fundados elementos de convicción que relaciona a los citados con el delito de lavado de activos, peligro de fuga y obstaculización de la investigación por los presuntos aportes de la empresa Odebrecht a la campaña de Fuerza Popular el 2011?.
Y, de hecho, según desvela la misma fuente, otras 19 personas, entre las que estarían incluídos dos exministros del país andino, también habrían recibido orden de captura por la misma causa.
Pero para Fujimori y su abogada, Giuliana Loza, todo se trata de una conspiración política: ?Se trata de un requerimiento abusivo, es una investigación que dura más de un año», señaló esta última en declaraciones a la radio RPP.
Keiko Fujimori incluso ha relacionada la causa con el hecho de que la semana pasada anularan «abusivamente» el indulto humanitario de su padre Alberto Fujimori, del que dado su precario estado de salud, el expresidente gozaba desde diciembre de 2017 pese a haber sido sentenciado como culpable de las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992).
Con todo, Keiko ha insistido en su comunicado en que estos hecho «no van a truncar su proyecto político» y que»el fujimorismo es un sentimiento que crece en momentos de adversidad».