En la década de los 70 del pasado siglo, aún sucedían estas cosas. Un programa de televisión con músicos que tocaban en directo delante de un público que no era simplemente atrezzo. Orquestas maravillosas y artistas capaces de enfrentarse al reto como Jorge Ben y Gal Costa. En la década de los 70 del pasado siglo, aún sucedían estas cosas. Un programa de televisión con músicos que tocaban en directo delante de un público que no era simplemente atrezzo. Orquestas maravillosas y artistas capaces de enfrentarse al reto como Jorge Ben y Gal Costa.
Brasil había descubierto el tropicalismo y sus ritmos, en portugúes, eran escuchados en el mundo entero. Por cierto, nadie llamaba a ésto ‘música étnica’ ni endosaba a la concurrencia discursos trascendentes sobre la multiculturalidad y la fusión. Era música pop. Comercial. Y pensada para el baile. Un lujo.