La relación entre el presidente panameño, Ricardo Martinelli, y los medios comunicación de su país no atraviesan precisamente su mejor momento. Martinelli atacó duramente en la televisión a los periodistas, al afirmar que “aquí hay personas que por tres reales le arman una campaña a cualquiera” y que a algunos individuos “tengo ganas de meterle un puñete”, aunque el presidente aclaró que nunca llevaría a cabo su amenaza. Por su parte, asociaciones de comunicación de Panamá han denunciado el poco respeto que Martinelli muestra por los periodistas. La relación entre el presidente panameño, Ricardo Martinelli, y los medios comunicación de su país no atraviesan precisamente su mejor momento. Martinelli atacó duramente en la televisión a los periodistas, al afirmar que “aquí hay personas que por tres reales le arman una campaña a cualquiera” y que a algunos individuos “tengo ganas de meterle un puñete”, aunque el presidente aclaró que nunca llevaría a cabo su amenaza. Por su parte, asociaciones de comunicación de Panamá han denunciado el poco respeto que Martinelli muestra por los periodistas.
La Asociación Panameña para el Desarrollo Integral de la Comunicación Social ha respondido a las declaraciones del presidente de forma crítica y ha reclamado un mejor trato para los profesionales de la comunicación del país. También ha reclamado una mayor concienciación sobre el trabajo que realizan los periodistas en el país panameño. Martinelli mantiene que los medios del país se oponen a su gestión y le critican haga lo que haga.
Esa animadversión no es única del presidente, sino que miembros de su gobierno se han visto envueltos en presiones a periodistas. Recientemente, la ministra de Trabajo, Alma Cortés, llamó a un redactor de La Prensa, Santiago Cumbrera, para amenazarlo, algo que Martinelli se ha apresurado a condenar en su intervención televisiva al afirmar que los políticos deben tener “la correa bien puesta para aguantar” y que lo que hizo Cortés “no es correcto”.
Respecto a los cambios ministeriales que había anunciado, finalmente Martinelli no los llevará a cabo. Al menos, ha señalado que el 1 de julio, día previsto para esos cambios, no lo hará, por lo que parece haber dejado la puerta abierta para ponerlos en marcha en un futuro. Así, el ministro de Turismo, Salomón Shamah, quien fue relacionado con el narcotráfico por diplomáticos estadounidenses (información revelada por Wikileaks), parece que seguirá en el cargo.
Así, los cambios anunciados por Martinelli después de que su gobierno fuera acusado por la jerarquía católica del país y por la oposición de corrupción se han quedado sólo en el relevo de la titular Servicio Nacional de Migración, María Cristina González, bajo cuya administración el organismo tramitaba visas a países restringidos previo cobro de pagos y sobornos.
