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Fidel Castro aparece tres veces en público, mientras Raúl cumple su compromiso de liberar a algunos presos políticos

En una semana quizá crucial para el futuro de Cuba en la que empiezan a abandonar las cárceles y el país algunos de los 52 presos políticos que Raúl Castro se ha comprometido a liberar con la Iglesia católica y el ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, el líder histórico Fidel Castro, ha protagonizado una intensa reanudación de su extinta vida pública y ha podido ser visto tres veces, casi en directo, en sólo cuatro días. En una semana quizá crucial para el futuro de Cuba en la que empiezan a abandonar las cárceles y el país algunos de los 52 presos políticos que Raúl Castro se ha comprometido a liberar con la Iglesia católica y el ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, el líder histórico Fidel Castro, ha protagonizado una intensa reanudación de su extinta vida pública y ha podido ser visto tres veces, casi en directo, en sólo cuatro días.

Aunque dentro de este, hasta el momento, trío de comparecencias públicas, ninguna ha tenido el impacto provocado por el reencuentro del viejo líder con los isleños a través de la pequeña pantalla.

El regreso de Fidel Castro a la televisión cubana ha sido todo un acontecimiento mundial que, sin embargo, los viperinos comentaristas de Radio Bemba y algún que otro diplomático europeo que realiza su trabajo en La Habana se empeñan en analizar a fondo hasta el punto de encontrar en el evento más luces que sombras en este acontecimiento.

Lo primero que destacan es que se mantiene, cuatro años después de su ‘desaparición’ inesperada, la costumbre de no permitir al Comandante que intervenga en acto público alguno que se desarrolle o sea emitido en directo. De hecho, esta muy publicitada Mesa Redonda sobre Irán, Corea del Norte y las guerras nucleares también se emitió en diferido.

En ella, aparecían Fidel, el presentador habitual de estos programas, Randy Alonso, un periodista de la máxima confianza de la familia Castro, y dos expertos científicos.

La pobreza de la grabación, realizada fuera de los decorados habituales de ese programa diario que para muchos isleños es un castigo o una revancha de los más fundamentalistas del régimen contra las supuestas ideas aperturistas de Raúl, provoca también algunas dudas sobre la posibilidad de que realmente hubiera un realizador profesional encargado del programa. Fidel siempre apareció sentado y sólo pudo ser visto en dos tipos de planos, uno básico y uno corto.

Eso sí, el líder hablaba con una locuacidad y una vitalidad insólitas para alguien que el 13 de agosto cumplirá 84 años. Y lo hacía sobre un candente tema de actualidad sobre el que la televisión pública cubana tenía la obligación de informar.

Por cierto que ni ésta, ni Granma, ni Juventud Rebelde, ni ninguno de los medios, digamos oficiales de la isla, ha considerado necesario dar cuenta de las negociaciones entre la Iglesia católica, España y Raúl que tendrán como consecuencia la salida de la cárcel, y del país, de esos 52 presos del Grupo de los 75 que aún estaban entre rejas desde que fueron encarcelados en 2003. Ni tampoco de la evolución de las reformas económicas prometidas que no terminan de concretarse.

Los politólogos más avezados y que mejor conocen las interioridades del veterano grupo de poder que dirige la Isla ahora, cuya cabeza visible es Raúl Castro, aseguran que el Gobierno ha querido dejar claro con esta reaparición, pactada entre los hermanos, que Raúl manda en el día a día y Fidel, que sigue ahí y aprueba todo lo que se hace, se dedica al futuro, la educación y la política internacional, sus temas favoritos.

En tres actos…

l La reaparición pública de Fidel Castro, después de cuatro años apartado, tuvo lugar el pasado 7 de julio, día en el que, el todavía primer secretario del Partido Comunista de Cuba, realizó una visita personal a las instalaciones del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de La Habana. Granma informó del acto y anunció a la vez su intervención en un debate televisivo.

l Fidel había grabado esta comparecencia para Mesa Redonda en un lugar indeterminado. Su discurso alertaba de que si se produce en algún momento un ataque de EEUU e Israel a Irán podría desatarse una guerra nuclear de coincidencias imprevisibles para el mundo. El programa Mesa Redonda, en el que participó pasa por ser un invento personal del comandante y haber formado parte de la ahora olvidada ‘batalla de las ideas’ en la que se empleó en los últimos compases de su presidencia.

l El 13 de agosto Fidel Castro visitó el Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), de La Habana, y dialogó durante más de una hora con los especialistas sobre los graves peligros de una nueva guerra en el Oriente Medio.

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