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El Partido de la República abandona el Gobierno de Rousseff salpicado por la corrupción

La anunciada crisis de Gobierno para Dilma Rousseff ya está aquí. El Partido de la República (PR), uno de las 11 formaciones que forman parte de la coalición de Gobierno que sustenta a la mandataria brasileña, ha anunciado hoy que abandona el grupo parlamentario. Los escándalos de corrupción, que ha salpicado al pequeño partido, han obligado a la sucesora de Lula da Silva a convocar a sus principales socios para apuntalar el Gobierno. La anunciada crisis de Gobierno para Dilma Rousseff ya está aquí. El Partido de la República (PR), uno de las 11 formaciones que forman parte de la coalición de Gobierno que sustenta a la mandataria brasileña, ha anunciado hoy que abandona el grupo parlamentario. Los escándalos de corrupción, que ha salpicado al pequeño partido, han obligado a la sucesora de Lula da Silva a convocar a sus principales socios para apuntalar el Gobierno.

Alfredo Nascimento, quien fuera ministro de Transportes hasta su reciente renuncia por un escándalo de corrupción, lo ha confirmado esta mañana. El partido que dirige, que cuenta con seis de los 81 senadores y 40 de los 513 diputados, «sale de la base aliada sin ningún rencor» y a partir de ahora tendrá respecto al Gobierno de Rousseff una posición de «apoyo crítico» e «independencia».

La lucha contra la corrupción dentro del Gobierno han conllevado que en los primeros siete meses de Rousseff en el poder, además de haberle pedido la renuncia a Nascimento en Transportes, haya tenido que abandonar sus cargos Antonio Palocci, Presidencia, por sospechas de enriquecimiento ilícito. En los últimos días, otras denuncias han tocaron directamente al titular de Agricultura, Wagner Rossi, quien hoy ha recibido un firme respaldo de la presidenta, quien ha declaró ante los periodistas que «todos los ministros» cuentan con su apoyo.

Por el contrario, el ambiente dentro de la coalición tiene todos los indicios de ser irrespirable. Cuando se ha reabierto el debate de si Lula da Silva acudirá a las siguientes elecciones por el Partido de los Trabajadores (PT) o lo hará Dilma, lo cierto es que las críticas a la mandataria son numerosas.

Sin embargo, varios de los grupos que forman la alianza, y que se han visto involucrados en casos de corrupción, estarían estudiando la posibilidad de involucrar a Rousseff en una Comisión de Investigación dentro del Parlamento. Sostienen que los escándalos de corrupción, los avisos a la policía, provendrían del entorno de la mandataria, que no estaría protegiendo a los miembros de su gobierno como lo hacía Lula.

Sea o no cierta esta cuestión, Rousseff está recibiendo apoyos de todos los sectores de la población y de la política. Su popularidad apenas ha caído 5 puntos, desde un 72% a un 67%, prueba de que el desgaste de los casos de corrupción que han salpicado a su Gobierno no han pesado en sus votantes. Cuestión diferente será mantener los apoyos parlamentarios para llevar adelante las acciones de Gobierno. Para ello, la presidenta brasileña tendrá que llenarse de paciencia.

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