La nueva presidenta de Chile, Michelle Bachelet, deberá hacer frente a uno de los grandes retos del país, la desigualad económica que sufre debido a una mala distribución de la riqueza, pese a ser uno de los países más ricos de Latinoamérica. La nueva presidenta de Chile, Michelle Bachelet, deberá hacer frente a uno de los grandes retos del país, la desigualad económica que sufre debido a una mala distribución de la riqueza, pese a ser uno de los países más ricos de Latinoamérica.
Cientos de familias sobreviven con menos de dos dólares al día, es decir, que el 24% de la población subsiste en condiciones de pobreza. Una situación que contrasta con los altos costes en enérgica y en la educación superior de la región y con la diversidad de salarios, ganando el más rico 27 veces más de lo que gana el más pobre, según los datos que ha dado a conocer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
La pobreza en Chile ha aumentado a pesar de que, según la revista Forbes, cuatro de las familias más ricas del planeta son chilenas, que controlan sectores estratégicos como la minería, la pesca, la industria forestal, la electricidad y las finanzas, entre otros.
Ante esta situación, la administración de Bachelet tiene como nueva tarea disminuir las desigualdades tanto económicas como sociales que Chile lleva arrastrando desde hace décadas.
