El juicio por corrupción que ha colocado en el banquillo a 38 colaboradores del ex presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, ha reunido a 150 abogados pertenecientes a los bufetes brasileños más prestigiosos. El juicio por corrupción que ha colocado en el banquillo a 38 colaboradores del ex presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, ha reunido a 150 abogados pertenecientes a los bufetes brasileños más prestigiosos.
Los colaboradores, a los que se les acusa de perpetrar un esquema de desvío de dinero y pago de sobornos durante el Gobierno de Lula, se enfrentan hoy a la tercera sesión del juicio. Según la prensa latinoamericana, este será un momento decisivo para los abogados defensores que, tras la dura petición del procurador general de la república, Roberto Gurguel, que pidió prisión inmediata para los acusados.
Los abogados defensores han decidido ponerse de acuerdo en su defensa y el primero en llevar a cabo su labor será el abogado José Luis Oliveira Lima, que defiende al histórico dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) José Dirceu, el ex hombre fuerte del primer Gobierno de Lula da Silva (2003-2007).
Defendió a sus clientes asegurando que la acusación es pura “ficción” y pretende desmontar la acusación de Gurguel, que considera que los acusados desviaron el dinero de campañas electorales, organismos públicos y “contribuciones” a cambio de favores, y lo usaron después en el pago mensual de sobornos a parlamentarios y partidos aliados en el Congreso, a cambio de que votaran a favor de iniciativas presentadas por el Ejecutivo.
Los abogados de otros líderes del partido de izquierda fundado por Lula en 1980, tales como el ex presidente del partido José Genoíno, y el ex tesorero Delubio Soares, también cuestionaron los ejes de la acusación por “falta de pruebas”.
