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El Gobierno venezolano desprecia la inflación y mantiene a plena potencia la ‘máquina de imprimir dinero’

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela

Alguien debería explicarle al presidente que a mayor liquidez, mayor inflación si no hay producción. El BCV no detendrá la monetización del déficit porque no hay autonomía. La liquidez monetaria creció 16,5% de enero a mayo de 2015; es decir, 3,2% más que en 2014 para el mismo período. Que Dios nos Alguien debería explicarle al presidente que a mayor liquidez, mayor inflación si no hay producción. El BCV no detendrá la monetización del déficit porque no hay autonomía. La liquidez monetaria creció 16,5% de enero a mayo de 2015; es decir, 3,2% más que en 2014 para el mismo período. Que Dios nos agarre confesados.

Hay teorías económicas que nunca pasan de moda, por más que la izquierda atrasada –esa que representa el Gobierno- intente rebatirlas de mil y un formas. Para el caso venezolano hay frases de antología que dejan estupefacto a cualquiera. La de Ricardo Sanguino, por ejemplo, economista y diputado del Psuv, que en 2008 expresó que la inflación “era el costo” que había que pagar por “el ritmo de crecimiento” de la economía venezolana.

Es decir, que para el diputado Sanguino, ninguna economía puede crecer sin que exista una inflación galopante y vergonzosa. La economía de Ecuador creció en 2014 a un ritmo de 3,8% y la inflación cerró en 3,67%. Los ecuatorianos no tuvieron que pagar “el costo” del crecimiento con una inflación de 40, 60 o 100 puntos como nos tocó –y nos seguirá tocando- a los venezolanos. Rafael Correa, tan amigo de Nicolás Maduro, debería aconsejarle al presidente y a su bancada de diputados que revisen con mayor detenimiento sus “teorías” económicas. Además, elPIB venezolano según el último reporte del BCV (eso fue hace tiempo, por allá en el tercer trimestre de 2014), ya comenzó a contraerse vertiginosamente y la economía se ha vuelto estanflacionaria, como lo venían advirtiendo muchos analistas en la materia.

Cuando existe estanflación no hay salida: Atacando el estancamiento se agudiza la inflación, y atacando la inflación se agrava el estancamiento. Desde luego que el Gobierno ha preferido seguir inyectando liquidez a la economía en este año, con la particularidad de que lo hace a un ritmo superior al de 2014 y con las reservas internacionales en caída libre. Las cifras del BCV (todavía publican data de agregados monetarios, por ahora) así lo demuestran. Para el período enero-mayo de 2014 la liquidez pasó de 1,2 billones de bolívares a 1,36 billones de bolívares; es decir, un crecimiento de 13,3%. En el mismo período, pero del año 2015, la liquidez pasó de 2 billones a 2,34 billones de bolívares. La cifra de expansión es de 16,5%; es decir, 3,2% más que en 2014 para el mismo período.

La máquina de imprimir billetes del BCV sigue encendida como fogata en una sabana de paja seca, por lo visto. Alguien debería explicarle al Presidente que a mayor liquidez, mayor inflación. Si la economía no es capaz de producir bienes para satisfacer la demanda, más bolívares estarán persiguiendo la misma cantidad de productos. Teoría elemental. Pero más delicado aún es que las reservas internacionales sigan cayendo. Pasaron de 21.000 millones de dólares en marzo a 17.300 millones al día de hoy. Menos dólares y más bolívares. Menos comida y más inflación. Menos pan y más circo. Menos de lo bueno y más de lo peor, porque aquí ya no se trata de lo malo, sino de lo pésimo con perspectivas aún más negativas. Por eso las encuestas reflejan lo que reflejan con toda la razón del mundo.

El BCV no detendrá la monetización del déficit porque no goza de autonomía, porque estamos en año electoral y porque Pdvsa necesita con urgencia cubrir sus necesidades. ¿Quién lo diría? La otrora pujante petrolera dependiendo de dinero inorgánico para subsistir. Así están las cosas, y apenas empezó la película: Lo de meses anteriores fueron puros “trailers”. Que Dios nos agarre confesados.

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