El mal momento por el que pasa el Gobierno peruano, ha obligado a la primera ministra Ana Jara clausurar de modo temporal la Dirección Nacional de Inteligencia (Dini) para proceder a una “reorganización” tras una denuncia de espionaje a la vicepresidenta Marisol Espinoza. El mal momento por el que pasa el Gobierno peruano, ha obligado a la primera ministra Ana Jara clausurar de modo temporal la Dirección Nacional de Inteligencia (Dini) para proceder a una “reorganización” tras una denuncia de espionaje a la vicepresidenta Marisol Espinoza.
La vicepresidente forma parte del partido oficial pero no es del círculo más cercano al presidente Ollanta Humala y ha hecho saltar algunas alarmas. Por ejemplo, el ex viceministro de Interior Carlos Basombrío, ha asegurado al diario español El País que tras que el Gobierno sostuviera que las denuncias eran un invento de la oposición, “la medida de Jara es un reconocimiento práctico de que el problema del espionaje ha existido y es insostenible para la democracia”.
En cualquier caso, ha supuesto una buena noticia para él que el presidente haya decidido reestructurar el Dini, pues según su forma de verlo estaba conformado con amigos del presidente y otros allegados. Aunque también ha asegurado que la decisión no ha tenido que ver con la presión de la oposición, sino con las peticiones de la vicepresidenta y de la superintendenta de Administración Tributaria, quien, después de que se conociera que se espió al hijo de su pareja, pidió a la Dini el seguimiento por seguridad.
Jara ha señalado sobre el cierre del organismo que será un período de reestructuración donde deben mejorarse los controles de fiscalización, la rendición de cuentas y la condición laboral de los trabajadores del Dini, pero nunca ha hablado de investigar a los responsables del espionaje anteriormente señalado.