La compañía de telecomunicaciones Telmex, presidida por Carlos Slim, no ha podido resistir el impacto en sus cuentas del error de estrategia que hasta ahora le ha impedido consolidarse en el negocio del Triple Play. El beneficio de la compañía cayó un 12% en el último trimestre, golpeado por la pérdida de clientes que prefieren ofertas más baratas para disponer de servicios de televisión de pago, Internet y telefonía, como las que ofrece, por ejemplo, Televisa. La operadora, que de momento no tiene permiso para ofrecer televisión, perdió 65.000 accesos en este periodo. La compañía de telecomunicaciones Telmex, presidida por Carlos Slim, no ha podido resistir el impacto en sus cuentas del error de estrategia que hasta ahora le ha impedido consolidarse en el negocio del Triple Play. El beneficio de la compañía cayó un 12% en el último trimestre, golpeado por la pérdida de clientes que prefieren ofertas más baratas para disponer de servicios de televisión de pago, Internet y telefonía, como las que ofrece, por ejemplo, Televisa. La operadora, que de momento no tiene permiso para ofrecer televisión, perdió 65.000 accesos en este periodo.
Las cifras, que han sido mucho peor de lo que anticipaba el consenso del mercado, demuestran una vez más la difícil situación por la que atraviesa la joya de la corona del imperio empresarial de Slim, con la fuerte competencia generada entre operadores de TV de suscripción que ofrecen paquetes de «triple play» (TV, teléfono y acceso a internet), así como de las empresas de telefonía móvil.
Telmex no puede competir directamente con esos paquetes dado que no tiene autorización para incursionar en el lucrativo negocio de la televisión, algo contra lo que ha protestado en varias ocasiones, aunque sin efecto alguno sobre los reguladores.
Las ventas de la compañía alcanzaron los 29,544 millones de pesos, un 5% menos que en el mismo trimestre del 2008. La caída en el negocio tradicional de telefonía fue parcialmente compensada por un fuerte incremento en su negocio de Internet de alta velocidad. En el trimestre sumó 403.000 nuevos suscriptores a este servicio, para llegar a los 6,3 millones.
Los ingresos por este concepto se incrementaron en un 18%. Sin embargo, estas cifras no alcanzan a compensar la caída del 7.5% de su negocio de telefonía local, la pérdida del 7,4% en larga distancia nacional y un derrumbe del 28,9% en el negocio de larga distancia internacional.
Las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA), un indicador clave de la rentabilidad de las empresas en México, cayó un 9,8% hasta los 12.959 millones de pesos.
La relación de Telmex con el Gobierno de Felipe Calderón tampoco es la más deseada por la compañía, después de que las autoridades le denegasen la licencia para ofrecer servicios de televisión. Héctor Osuna, presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, aseguraba el pasado mes de septiembre que la compañía “no ha cumplido con los requisitos para la interconexión con otros operadores”.
Lo cierto es que la buena relación entre Slim y Azcárraga, presidente de Televisa, se mantuvo mientras no se competía en los negocios. De pronto, Televisa podía dar el servicio de telefonía a través de Cablevisión, y Telmex podía dar servicios de televisión por el cable telefónico.
Los intereses encontrados terminaron por obligar a Slim a tomar distancia, personal y de negocios, de Televisa. Su lugar fue ocupado por su archirrival, Roberto Hernández, quien por su nivel de inversión, posee un asiento en el Consejo de Televisa.
Las intenciones de acelerar su acceso al triple play hicieron que Carlos Slim presionase para que modificaran el título de concesión, ya que pretendía que le permitieran transmitir televisión a través de sus redes telefónicas. Al mismo tiempo, el ingeniero comenzó algunos acercamientos con los proveedores de televisión por cable con la intención de comprarles.
Si los adquiría, Slim quitaba de en medio a quienes, con las nuevas reglas, podían dar telefonía por cable. Pero Televisa se anticipó la jugada y adquirió el control de Televisión Internacional (TVI), de Francisco González, en Monterrey. Y luego se lanzó hacia el 49% de Cablemás, el segundo proveedor de cable más importante de México.
El pasado mes de mayo, los tres operadores de cable controladas por Televisa iniciaron una asociación con el operador más grande del país, Megacable SAB, un movimiento que les ha permitido reducir los precios para los paquetes de triple play bajo la marca Yoo.