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El endeudamiento de Venezuela con el sector privado preocupa a los analistas

Bandera de Venezuela

Al sumar los montos por importaciones no liquidadas a empresas del sector automotor, farmacéutico y líneas aéreas, entre otras, se comprueba que el Gobierno debe 14.000 millones de dólares. Al sumar los montos por importaciones no liquidadas a empresas del sector automotor, farmacéutico y líneas aéreas, entre otras, se comprueba que el Gobierno debe 14.000 millones de dólares. Desde 2013 las autoridades prometieron cancelar lo que denominaron la “joroba”, pero el tiempo transcurrió y esos compromisos han aumentado, mientras las reservas internacionales caen aceleradamente.

El tanque de las reservas internacionales disminuye y las deudas aprietan. Operaciones como la venta de la deuda con República Dominicana con descuento o el retiro de los Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional (FMI) no han dado holgura al Gobierno nacional.

Esta semana las reservas internacionales descendieron a 16.894 millones de dólares, un 23,47% menos que los 22.076 millones de dólares que había al 2 de enero de este año y el nivel más bajo en 12 años.

Analistas explican que el bajón se explica principalmente por los pagos que realizó la República por concepto de deuda externa en el primer tramo del año y, en segundo término, a las liquidaciones de divisas para el sector privado. Sin embargo, ese ritmo de pago para el sector privado es lento y en cantidades menores a la demanda del aparato productivo, razón por lo cual la deuda por importaciones no liquidadas ha aumentado.

Los cálculos de Ecoanalítica indican que la liquidación de divisas cayó 71% con respecto al año pasado, al pasar de una liquidación diaria promedio de 140 millones de dólares en abril de 2014, a tan sólo 40,6 millones de dólares diarios en abril de este año.

Al detallar los reportes de cámaras y organizaciones empresariales se aprecia que sólo entre el sector farmacéutico y el sector automotor, la deuda ronda los 7 mil millones de dólares, tal y como informó Konzapata esta semana. Ese monto incluye lo adeudado a empresas agrupadas en Cavenez, Favenpa, Canidra y Aifem, por el área automotriz, y Caveme, Cifar y Canamega, por el lado de los medicamentos.

Pero la deuda no queda ahí. En el sector de alimentos, el Gobierno adeuda 1.322 millones de dólares a las empresas agrupadas en Cavidea y Asoprole. A las compañías de la industria química, reunidas en Asoquim, les debe 420 millones de dólares, mientras que a importadores y fabricantes de electrodomésticos les debe 230 millones de dólares, según la Asociación Nacional de Fabricantes y Distribuidores de Electrodomésticos (Anafade).

Con la industria gráfica el compromiso es de 42 millones de dólares, de acuerdo a la Asociación de Industrias de las Artes Gráficas (AIAG).

Hasta allí el impago se eleva a 9 mil millones de dólares, pero habría que sumar aún las deudas con los industriales del plástico, con los fabricantes de envases o con el sector de los importadores de equipos médicos.

Pero la presión es mayor. El Gobierno también adeuda 4.000 millones de dólares a las líneas aéreas y 800 millones de dólares, con lo cual el monto global adeudado al sector privado rondaría los 14.000 millones de dólares, casi el equivalente al tamaño total de las reservas internacionales.

Esas deudas que mantienen las empresas con sus proveedores en el exterior dificultan la reacción del aparato productivo, ya que han perdido líneas de crédito y los proveedores se niegan a despachar mercancía hasta que se les cancelen los compromisos adquiridos.

Desde 2013 el Gobierno sabe que esa era una de las principales barreras que enfrentaba el sector privado, pero no resolvió el problema. Ese año el entonces ministro de Finanzas, Nelson Merentes, se refería a esa deuda como la “joroba”.

“Estamos haciendo reingeniería para eliminar, saldar, algunas jorobas o deudas que se generaron producto de la misma dinámica y algunos errores que se cometieron, para llegar a un punto de equilibrio óptimo muy pronto”, admitió Nicolás Maduro en septiembre de 2013.

Meses después, Rafael Ramírez, como encargado de la Vicepresidencia del área Económica, condicionó el pago de esa deuda.

“Bueno, vamos a discutir esa deuda. Por ejemplo, hay gente que tiene deuda hace dos años, está bien, pero ya vendió el producto. ¿A qué tasa lo vendiste? Se lo vendiste al pueblo a tasa del paralelo, entonces por qué te voy a dar más dólares preferenciales (…) Demuéstrame que trajiste ese producto, me lo tienes que demostrar, demuéstrame a qué precio lo trajiste, vamos a discutir. Hay un sector de empresas que ya hemos determinado que estuvieron actuando defraudando al Estado, esas con nosotros no tienen arreglo alguno, no hay manera. Al contrario, nos deben”, expresó Ramírez en enero de 2014.

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