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El acuerdo comercial con la UE provoca disensiones internas en el Mercosur

La posibilidad de que el Mercosur –formado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay– cierre un acuerdo de asociación, que incluya un tratado de libre comercio con la Unión Europea, no convence a todos sus miembros. Así lo ha dejado saber el presidente de turno del organismo sudamericano, el mandatario paraguayo Fernando Lugo, que de visita en Europa se ha reunido con el jefe del Ejecutivo comunitario europeo, José Manuel Durao Barroso. El punto de fricción principal entre los socios estaría relacionado con el sector agrícola. Mientras Argentina se muestra reacia a relajar las normas comerciales de importación y exportación, Brasil ha mostrado su disposición favorable a un posible acuerdo. La posibilidad de que el Mercosur –formado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay– cierre un acuerdo de asociación, que incluya un tratado de libre comercio con la Unión Europea, no convence a todos sus miembros. Así lo ha dejado saber el presidente de turno del organismo sudamericano, el mandatario paraguayo Fernando Lugo, que de visita en Europa se ha reunido con el jefe del Ejecutivo comunitario europeo, José Manuel Durao Barroso. El punto de fricción principal entre los socios estaría relacionado con el sector agrícola. Mientras Argentina se muestra reacia a relajar las normas comerciales de importación y exportación, Brasil ha mostrado su disposición favorable a un posible acuerdo.

Lugo ha señalado que cree “legítimo que los países de la UE no piensen todos igual y también los mismo del Mercosur», en relación a las diferentes posturas que se están articulando en torno a un posible acuerdo. Sin embargo, se mostró positivo con respecto al futuro y, tras recordar que un tratado de libre comercio entre ambas esferas «beneficiará a 750 millones de personas», y que «mientras haya espacio de diálogo, no va a decaer en el optimismo y la posibilidad de llegar a un acuerdo»

«La verdad es que hay problemas. Las negociaciones no son fáciles, pero se han registrado progresos en áreas de cooperación política, pero hay que seguir avanzando, hemos acordado que ambas partes deben continuar su trabajo interno para presentar mejores ofertas», ha reconocido Durao Barroso.

Argentina presenta serio problemas en su balanza comercial, unos problemas que ha intentado atajar imponiendo trabas a la entrada de producto brasileños y que han degenerado en una guerra comercial con Brasil. Por ello, el gobierno de Cristina Fernández no vería con buenos ojos un tratado de libre comercio que supusiera un peligro mayor para su balanza comercial.

«Es una oportunidad para abrir espacios sociopolíticos mediante una participación más activa de las ciudadanías de nuestros países», ha explicado Lugo, muy convencido de que el acuerdo debería impulsarse, para continuar al afirmar que «tenemos el compromiso político de superar nuestras dificultades, buscar nuestras coincidencias fundamentales y compartir una voluntad política que nos permita avanzar en la transformación productiva».

La guerra comercial brasileño-argentina no parece que vaya a ayudar a limar posturas en el seno del Mercosur. Desde 2010, el organismo sudamericano se encuentra en negociaciones con la UE, sin que se hayan producido avances reseñables en el proceso.

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