El ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, ha dimitido de su puesto. Es la tercera vez en la que Cardozo intentaba marcharse por las críticas que el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) a su gestión del caso Petrobras y finalmente ha cumplido su amenaza. El ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, ha dimitido de su puesto. Es la tercera vez en la que Cardozo intentaba marcharse por las críticas que el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) a su gestión del caso Petrobras y finalmente ha cumplido su amenaza.
Según recoge El País, Cardozo estaba siendo acosado por cierta parte del PT para que rebajara la presión sobre el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (investigado por su relación con Java Lato) y por las “libertades” de la Policía Federal a la hora de hacer pesquisas.
A Cardozo lo sustituirá Wellington Cesar Lima, un abogado de carrera en el sector público y vinculado al ministro de la Presidencia Jacques Warner. Aunque su dimisión no deja de ser otro golpe para Rousseff que los encara una y otra vez, pues Cardozo era considerado un gran apoyo para la mandataria.
En más de una ocasión, el ya exministro reiteró que no podía inferir en las investigaciones de la Policía Federal, puesto que tiene potestad “para investigar a cualquier ciudadano”, aunque el PT parece no haberlo entendido y ha insistido hasta que Cardozo ha dejado el Ministerio para presidir la Abogacía General de la Unión.
La compañía estatal Petróleos Brasileños (Petrobras) está haciendo bastante daño a la imagen de la presidenta brasileña, que ha pasado de ser una de las más queridas de la zona a convertirse en la más denostada. De hecho, la última encuesta de Datafolha ha estimado que un 58% de los brasileños la quiere fuera del Gobierno.
