La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, quiere reabrir la oferta de canje de deuda con la esperanza de atraer a más inversores que cambien sus bonos pendientes de pago por nuevos títulos. Esto ayudaría al gobierno argentino en sus negociaciones con el Club de París, ámbito en el que resulta necesario demostrar que se ha hecho todo los posible para cumplir los compromisos adquiridos con los acreedores. La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, quiere reabrir la oferta de canje de deuda con la esperanza de atraer a más inversores que cambien sus bonos pendientes de pago por nuevos títulos. Esto ayudaría al gobierno argentino en sus negociaciones con el Club de París, ámbito en el que resulta necesario demostrar que se ha hecho todo los posible para cumplir los compromisos adquiridos con los acreedores.
En teoría, en junio de este año se había cerrado definitivamente cualquier posibilidad de cambiar la deuda en suspensión de pagos por nuevos títulos, sin embargo, todo parece indicar que los acreedores volverán a tener la posibilidad de cambiar sus títulos impagados por nuevos bonos de deuda antes del 30 de diciembre. Según ha explicado el secretario de Finanzas de Argentina, Hernán Lorenzino, este plazo tiene que ver con la suspensión de la llamada ley cerrojo, que vence el día siguiente al cierre del plazo.
El pasado 18 de noviembre se suspendió la ley cerrojo, norma que impedía la reapertura del canje de deuda en default y que fue promulgada en febrero de 2005, cuando se realizó el primer canje. Según el decreto de suspensión, ésta regirá hasta el 31 de diciembre de 2010, o hasta que el poder Ejecutivo declarase terminado el proceso de reestructuración de los títulos públicos.
Por lo tanto, los acreedores de Argentina tienen el plazo contado, y una última oportunidad para poder recuperar parte del dinero que invirtieron antes de que el país fuera declarado en suspensión de pagos, en el año 2001.
Entre los canjes realizados en 2005 y el del pasado mes de junio, el gobierno de Argentina ha logrado canjear cerca del 92% de alrededor de los 100.000 millones de dólares (76.069 millones de euros) a los que no pudo hacer frente en el año 2001.
El monto de deuda que queda por canjear es de 6.100 millones de dólares (4.640 millones de euros). Se piensa que alrededor de 4.000 millones de dólares (3.042 millones de euros) están en manos de los llamados ‘fondos buitre’, que se negaron reiteradamente a aceptar las condiciones del canje.
Los fondos buitre son fondos de capital riesgo o de inversión libre que invierten en una deuda pública de una entidad que se considera débil o cercana a la bancarrota. En el caso de Argentina, los fondos buitre adquirieron una porción significante de la deuda pública externa a bajos precios (a veces sólo el 20% de su valor nominal) e intentaron que el Tesoro del país les pagase cuando estalló la crisis económica de 2001.
El pasado mes de junio, los inversores canjearon un total de 12.000 millones de dólares (9.128 millones de euros) en bonos en default por una combinación de nuevos bonos y un pago de intereses en efectivo. Sin embargo, si bien el gobierno nacional ha establecido características similares en esta ocasión, los que todavía son tenedores de deuda tienen cierta desventaja, ya que ahora sólo tienen la posibilidad de llevarse bonos.
Quienes acepten este nuevo canje recibirán una quita nominal del 66,7% y un bono Global 17. Estos bonos son títulos de deuda pública que el gobierno pagó a los inversores que participaron en el canje de 2005 y que se consideran un referente en el caso de que el país austral decida volver a emitir deuda.