Nada más ganar las elecciones presidenciales hace un mes, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, anunció la aprobación de una serie de medidas para parar la fuga de capitales. Tras unas primeras semanas de tensión, funcionarios del Banco Central del país han confirmado una desaceleración en la demanda de dólares. Nada más ganar las elecciones presidenciales hace un mes, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, anunció la aprobación de una serie de medidas para parar la fuga de capitales. Tras unas primeras semanas de tensión, funcionarios del Banco Central del país han confirmado una desaceleración en la demanda de dólares.
De esta forma parece que los argentinos comienzan a acostumbrarse a las nuevas medidas para la compra de dólares, que en la primera semana provocaron un caos para la Hacienda argentina, ya que se ha convertido en el organismo que debe dar el aval definitivo para la compra de dólares. Además, la entidad monetaria confirmó que entre el 31 de octubre y el 4 de noviembre los depósitos en dólares bajaron a 15.389 millones (11.333 millones de euros).
La obligación a registrar el ingreso de dólares en operaciones de venta de activos y empresas de residentes locales a extranjeros, y profundizar en las regulaciones existentes para la compra de moneda extranjera sin destino específico son las dos medidas que afectaban a los ciudadanos del país.
Pero el Ejecutivo de Cristina Fernández también ‘atacó’ a las empresas petroleras y mineras del país, restableciendo la obligatoriedad de que estos sectores ingresen al país la totalidad de las divisas provenientes del exterior. Junto a esto, la presidenta pidió ‘en secreto’ que las empresas internacionales asentadas en el país suspendan el giro de divisas a sus casas matrices hasta fin de año, o bien eliminasen la salida de fondos por el plazo de un año.
Todas estas medidas fueron aprobadas con el objetivo de frenar la fuga de capitales que estaba sufriendo en el país y parece que empiezan a funcionar.
