La presidenta argentina, Cristina Fernández, se ha convertido en el centro de todas las miradas tras la muerte de Alberto Nisman. No ha comparecido aún en público desde que se hallara el cadáver del fiscal, pero, en una extensa carta, la mandataria echa por tierra la primera versión del Gobierno. Cristina Fernández, en el punto de mira por el caso Nisman
La presidenta argentina, Cristina Fernández, se ha convertido en el centro de todas las miradas tras la muerte de Alberto Nisman. No ha comparecido aún en público desde que se hallara el cadáver del fiscal, pero en una extensa carta publicada en su web, la mandataria echa ahora por tierra la primera versión del Gobierno para asegurar que está “convencida” de que no fue un suicido.
La teoría de Fernández es que Nisman fue utilizado cuando estaba “vivo” en una especia de confabulación contra el Gobierno y “después lo necesitaban muerto”, explica en la misiva. «Los espías que no eran espías. Los interrogantes que se convierten en certeza. El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio», apunta la presidenta.
Estas declaraciones de la mandataria se producen después de que se encontraran huellas y pisadas en un pasadizo que accedía al apartamento del fiscal, donde fue encontrado el cuerpo. Antes, el discurso oficial del Gobierno argentino apuntaba al suicidio como la causa de la muerte.
Alberto Nisman había acusado a Cristina Fernández de encubrir a los iraníes que estarían detrás del atentado perpetrado el 18 de julio de 1994 contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires. Su cadáver fue encontrado horas antes de la comparecencia prevista ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados por el caso.
