Cristina Fernández de Kirchner se ha alzado este fin de semana con una victoria aplastante en las elecciones presidenciales argentinas. El socialista Binner ha quedado en segundo lugar, muy alejado de la nueva presidenta, demostrando que no existe un fuerte partido opositor en el país. Cristina Fernández de Kirchner se ha alzado este fin de semana con una victoria aplastante en las elecciones presidenciales argentinas. El socialista Binner ha quedado en segundo lugar, muy alejado de la nueva presidenta, demostrando que no existe un fuerte partido opositor en el país.
Con un 98,26% de los votos escrutados, Cristina Fernández ha conseguido una victoria sin precedentes con un 53,96% de los votos. Casi un 8% más que en las elecciones de 2007, en donde consiguió un 45% de los votos. Es la mayor victoria electoral desde 1973, cuando el general Perón aplastó al radical Ricardo Balbín.
En segundo lugar ha quedado el gobernador de la provincia de Santa Fe, Hermes Binner, del Frente Amplio Progresista, con un 16,87% de lo votos y en tercer lugar, el radical Ricardo Alfonsín con un 11,15%.
Con estos resultados, no hace falta acudir a una segunda vuelta, ya que la constitución argentina establece que un candidato puede proclamarse vencedor en primera vuelta si obtiene al menos el 45 por ciento de los votos o si consigue el 40 por ciento con una distancia de diez puntos del segundo más votado.
No se prevé ningún cambio sustancial en la manera de gobernar de la presidenta, que no ha defendido ningún programa electoral en concreto, sino que ha asegurado que profundizará el modelo actual y continuará con las banderas del kirchnerismo. A pesar de ello, se prevén pequeños cambios en el Gobierno, entre ellos, el del actual ministro de Economía, Amado Boudou, que en el nuevo Gobierno ocupará el cargo de vicepresidente.
La Nación ha planteado cuáles son los futuros retos del nuevo Gobierno, en donde la economía se erige en el primer lugar. El principal objetivo de la nueva presidente será afrontar una posible recesión de la economía argentina, en donde la inflación y el precio de la soja se plantean como los principales problemas.
El segundo reto sería conseguir un buen financiamiento, en donde, Boudou, ha planteado acudir al Club de París, para colocar deuda argentina en el mercado internacional. Y un tercer objetivo sería la convocatoria de un diálogo social entre el Gobierno, la industria, el campo, los bancos y la Confederación General de Trabajo. El objetivo: moderar precios, bajar la inflación y acotar la subida de salarios.
Como venía siendo habitual en la campaña electoral, Cristina Fernández recordó a su fallecido marido en su primer discurso, tras conocer los primeros resultados, asegurando que “el esta aquí, más que nunca”. «Quiero agradecerle a alguien que ya no me puede llamar más, pero que es el gran fundador de la victoria de esta noche. Sin él, sin su inconmensurable valentía y coraje, hubiera sido imposible llegar aquí», afirmó.
