En su primera aparición pública tras su operación de tiroides, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha exigido a las petroleras que operan en su país, que utilicen las subvenciones al gasoil para evitar de manera efectiva subidas en el precio. En su primera aparición pública tras su operación de tiroides, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha exigido a las petroleras que operan en su país, que utilicen las subvenciones al gasoil para evitar de manera efectiva subidas en el precio.
Fernández ha señalado además que si se demuestra que existe una distorsión en los precios del gasoil, usará todos los instrumentos que las leyes y la Constitución permiten para atajar esas prácticas. Por este tema, tanto la petrolera Shell como Repsol YPF, mantienen una tensa relación con el gobierno en una denuncia que presentó el gobierno el pasado 16 de enero.
Tanto Shell como Repsol, rechazan las acusaciones del gobierno sobre la política de sobreprecios por un presunto cobro a empresas de transporte de pasajeros y de carga de 808 millones de dólares (620 millones de euros).
El costo del combustible debe estar basado, para la mandataria argentina, en los costes nacionales y no internacionales. Además ha advertido a las empresas petroleras que el subsuelo es propiedad de los argentinos y está concesionado. Por ello ha hecho un especial ímpetu en recalcar que es necesario reinvertir en el país y que las empresas extranjeras no se lleven todos los beneficios que sacan de Argentina a otros países.
La jefa del estado y el gobierno de argentino, ha cargado también contra la oposición de su país por no haber llamado la atención de la posición dominante de las petroleras. Cristina Fernández cree que ha existido un abuso de posición en el mercado de combustibles de las grandes empresas de hidrocarburos del país. Ellas son la hispano-argentina Repsol YPF, la estadounidense Esso, la anglo-holandesa Shell, la brasileña Petrobas y la local Oil Combustibles.
